Salud y enfermedad constituyen los polos de la existencia misma de los individuos y de las sociedades, una lucha constante para sobrevivir en medios adversos y, sobre todo, alcanzar una vivencia digna. De allí la constitución de instituciones y expertos para solventar los problemas físicos de la existencias y, en definitiva, luchar contra la muerte.

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Saberes y tecnologías medicas son los dos nudos fundamentales de los sistemas curativos, tanto en las sociedades del pasado como en las presentes, caracterizado cada sistema medico la cultura general de cada sociedad. Así, en el caso de la época colonial, en correspondencia con la presencia de diferentes culturas, tanto indígenas como europeas, encontramos diferentes sistemas médicos, locales e importados de Europa, a los cuales se fueron añadiendo también las ideas y practicas medicas de los africanos traídos como esclavos.

Los europeos aportaron sus diferentes sistemas médicos, es decir, formas diferentes de curar según las regiones de la península y, sobre todo, según los diferentes estamentos en general, los grupos de bajos recursos trajeron su medicina popular, mientras que las clases mas acaudaladas hicieron lo mismo con la medicina universitaria e hipocratica, la que fue evolucionando hacia modelos clínicos ilustrados durante el siglo XVIII para esta ultima, los profesionales médicos universitarios fueron traídos de España o de algunos de sus dominios europeos, como Milan, o Sicilia, hasta que hubo formación medica universitaria en Caracas, lo que implico esperar la segunda mitad del siglo XVIII.

De allí el panorama medico de la época colonial fue heterogéneo y contrastado especialmente por la carencia de médicos laureados frente al crecido numero de curiosos y curanderos, culturalmente diferentes.

Esto genero conflictos corporativos hasta por lo menos la creación del protomedicato, en 1777, como organismo de control sobre el saber y la practica medica de Venezuela, creada ese mismo año. así comienza esta historia de la medicina colonial.

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La medicina europa en tierra firme.

Los viajes colombinos que abrieron la entrada de los españoles al nuevo mundo comportaron un progresivo trasvase de saberes que sirvieron a las pequeñas colonias iniciales para reproducir, entre dificultades, el modo de vida peninsular. Para alimentarse aprovecharon las plantas locales utilizadas por los indígenas, pero también trajeron semillas europeas para conseguir los alimentos a los cuales estaban acostumbrados, de la misma manera, trajeron también sus saberes médicos y algunos "expertos en curaciones"

Entre la tripulación de los barcos del primer viaje de Cristobal colon, estaba también el maestro Juan, un cirujano que puede considerarse el primer profesional de la medicina europea que desembarco en tierras americanas. Mas allá del precario saber que en la época tenían los cirujanos, quienes se desempeñaban también como sacamuelas y hasta baberos, el almirante lo dejo con un pequeño grupos de dados en el fuerte de la natividad. con el fin curarles las llagas.

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Los medicos coloniales: escasos extranjeros.

A lo largo del siglo XVII, con la fundación de nuevos centros habitados y el crecimiento de la población, aumentaron las epidemias y las enfermedades comunes, lo que acrecentó la necesidad de galenos. De hecho progresivamente, fueron llegando médicos universitarios de la península, de Italia o de otras colonias donde ya se habían fundado facultades medicas.

Esto suprimía mucho lo que era las curas tradiciones los hechiceros, que también eran curanderos, sacerdotes y adivinos, trataban de “ahuyentar al espíritu maléfico que se había apoderado del enfermo”, mediante sopladuras, succiones, u otros recursos mágicos.

Sin embargo para cubrir la demanda paso mucho tiempo ya que los médicos fueron llegando paulatinamente solo para las clases privilegiadas. La aristocracias caraqueñas. La medicina en el tiempo de la colonia era una suma de charlatanerismo y pomposidad hueca. Existía una mezcla de teorías caprichosas y extravagantes con doctrinas basadas en ciencias ocultas.