Concurso Cervantes: 2ª Entrega
Una guerra sin color. Así se plasman en el Guernica paisajes llenos de rojo sangre y verde militar. Kilos de bombas y de odio cayeron aquel día, arrancando el color a todo un pueblo.
Fuente: http://pop100.es/index.php/2017/02/08/radio-3-celebra-80-anos-del-guernica-con-conciertos/
Un día apareció la selección natural propuesta por Darwin, en la que sobreviven los más preparados. También apareció la guerra, que podría ser una evolución del Darwinismo, en la que sobrevive quien decide el hombre. Pero no un hombre cualquiera, en concreto, el que tiene el arma más destructiva. No, Picasso no fue pionero en deformar la realidad.
Recuerdo jugar a la guerra en mi infancia, pero no había ojos desorbitados, animales desbocados o mujeres con lamento. Había soldados, heridos que revivían en diez segundos y volvían a disparar, los más pequeños eran castigados en una cárcel pintada en el suelo para no tener que vigilarlos y poder jugar libremente, los más grandes eran siempre los que más disparaban. Los medianos eran el pueblo dividido que luchaba por una sola victoria. El fin de la jornada llegaba con el grito de las madres para cenar, retirada forzada, tregua hasta el día siguiente. Era normal convertir la guerra en un juego, la guerra siempre estaba presente, en retazos de la memoria, contados, no vividos.
Hace algún tiempo alguien me dijo no juzgues a nadie, no sabes por lo que puede estar pasando. Derivo el significado de guerra porque, más allá de un conflicto bélico, en cada persona existe una guerra interna por la que lucha cada día.
Paseo por la calle, observo a las personas con las que me cruzo y pienso cuál será su propia guerra. Imagino, como en el Guernica, gritos pidiendo misericordia, rostros desencajados, desorden, caos, confusión… todo ello enmascarado en un semblante serio y distraído. Porque otra cosa no, pero disfrazar los sentimientos se nos da muy bien. Ello tiene su origen en la guerra, cómo no, donde habría que ser duro y fuerte para sobrevivir, nada de mostrar debilidad o sentimientos.
Fuente: Pixabay
Si te preguntas cuál es tu guerra interior hoy, prueba el siguiente experimento: observa el Guernica durante un minuto, en silencio. Cierra los ojos y aparecerá en tu mente.
¿La has podido visualizar?
Concurso patrocinado por el witness @cervantes. No te olvides de votarlo en la siguiente página: http://www.steemit.com/~witnesses
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STOPMuy bueno!
Me gustó mucho tu escrito. Muy analítico. Realmente a veces contrastamos la actualidad con la antigüedad, y tildamos la primera de artificial, e incluso en ocasiones de antinatural, de habernos distanciado cada vez más de la antigua cercanía que manteníamos con la naturaleza en el pasado. Pero, como lo indica tu post, ¿no es la naturaleza ejerciendo su proceso?, la evolución Darwiniana quizá... Así mismo, completamente de acuerdo contigo, cada quién lucha una guerra. El mismo ejercicio que mencionaste, lo he realizado en ocasiones, sobretodo en el metro... las caras del metro. Hasta un escrito hice una vez sobre ello, caras distraídas, enfocadas, estresadas. Cada quién viviendo su guerra interior. Realmente un buen ejercicio el que has planteado... Si dispones del tiempo y de la curiosidad, te invito a leer mi post para el concurso, estaría muy agradecido de conocer tu opinión. Un saludo, me despido.