Camino

Y el sol me dibujó su camino sobre las frías aguas y a pesar de la reticencia por las temperaturas, lo seguí sin miedo, a dónde me llevó, no importa, lo que importa es que volví más sabio, calmado e intacto el don de lenguas.

¿No os habéis preguntado de donde viene tanto odio y resentimiento cuando mejor están las cosas? Un Diciembre soleado después de la lluvia justa para asegurar las cosechas y llenar los pantanos, los turistas siguen confiando en nosotros como destino, la vida en todos los sentidos, nos sonríe, pero el odio fluye como hacía tiempo que no había hecho.

Se señala lo correcto, lo justo, lo racial, se tuerce el gesto a lo diferente, diverso o simplemente todo aquello, que no sea un perfecto calco del pretérito sentir de unos enquistados en atávicos quereres, que para algunos serán propios y para otros, tan ajenos...

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