Avería y redención

Al fin vinieron los del seguro, al fin se descolgaron y pusieron la tubería nueva de suministro de agua a la casa, de paso se ha arreglado el codo de acceso al bajante de residuales, en fin, cuestiones que no interesan a nadie.

A nadie excepto a quien le atañen las averías, en este caso a mí mismo. No os podéis imaginar el trasiego y el malestar que ocasiona tener que estar dando explicaciones a los vecinos, tener que estar subiendo y bajando para abrir y cortar el agua para no inundar aún más al resto de vecinos...

WhatsAppeos con presidenta, seguros, visitas de técnicos varios, enseñando los bajos de la vivienda, explicaciones de la tubería, de esto de arriba de abajo pedir llaves a vecinos, molestias mil.

Esta mañana, han venido a reparar, no los esperaba ya la verdad, ha sido rápido son buenos, ha cortado, han soldado han desmontado y montado mi cocina sin averías y en un santiamén, gloria bendita, todo solucionado.

Mientras tanto, yo dormitaba una terrible cefalea en el salón con Eko cómodamente instalado encima mía, un maravilloso cuadro de decrepitud.

Luego me ha tocado ir a cerrar puertas y ventanas, he aprovechado a echar un ojo en la azotea del bloque, esperaba mejores vistas pero no está mal, le falta altura para ser más relevantes las mismas, de todas formas, comparto una de ellas.

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