A cualquier persona que le guste, que se esfuerce y sea trabajadora no le asusta el trabajo, todo lo contrario, le gusta mucho ser autosuficiente y ayudar a los demás, incluso así el trabajo que haga no sea interesante.

Guste o no, la vida está llena de compromisos y responsabilidades, además, ser trabajador tiene sus ventajas y beneficios, porque no todo es trabajo duro.

“Yo he conocido que no hay para ellos cosa mejor que alegrarse, y hacer bien en su vida; y también que es don de Dios que todo hombre coma y beba, y goce el bien de toda su labor.” (Eclesiastés 3:12-13).

Cuando se trabaja duro y es gratificante, nos sentimos orgullosos y sobre todo satisfechos; por eso, tener buenas costumbres de trabajo, hace que tengas buena reputación y puedas ir ascendiendo rápidamente en cualquier puesto que ocupes.

“En toda labor hay fruto; mas las vanas palabras de los labios empobrecen.” (Proverbios 14:23).

Toma en cuenta las siguientes lecciones para así tener una buena actitud en el trabajo:

Aprende a hacer las cosas bien.
Concéntrate y piensa bien cuando hagas cualquier tarea, eso también aplica en las cosas de la casa y las escolares.

Si ya sabes hacer algo, lo que sea, sigue practicando hasta que logres hacerlo mejor o más rápido. Cuanto mejor lo hagas, más satisfecho te sentirás.

“¿Has visto hombre solícito en su trabajo? Delante de los reyes estará; No estará delante de los de baja condición” Proverbios 22:29).

Piensa en los demás.
Casi siempre, cuando haces tu trabajo y mucho más cuando lo haces bien y cumples con tus responsabilidades, otros se benefician; un ejemplo sencillo, un doctor y una enfermera, al atender a cualquier enfermo, éste queda satisfecho y se recupera; otro ejemplo, si haces tus deberes que te dejan tanto en la escuela como en casa, por un lado aprendes y por otro aminoras la carga de tus padres y los demás integrantes de tu familia.

“En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir.” (Hechos 20:35).

No te conformes con hacer el mínimo esfuerzo.
Acostúmbrate a no hacer solo lo que te pidan, haz siempre un poco más, de esta manera serás tú el que controle tu futuro; si, trabajarás más, pero primero adquirirás más experiencia y segundo lo harás porque así tú lo quieres y no porque otros te obliguen.

“…y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos.” (Mateo 5:41).

Sé equitativo y equilibrado.
Ser muy trabajador tampoco es bueno, ser un adicto al trabajo y no tomar descansos te agotan tanto a ti como a tu familia.

Siempre se deber ser equilibrado en todos los aspectos de tu vida, disfrutar tanto del trabajo como del descanso y más si lo haces en compañía de tus seres queridos.

“Más vale un puño lleno con descanso, que ambos puños llenos con trabajo y aflicción de espíritu.” (Eclesiastés 4:6).