25 AÑOS Después... Logré MI PROPÓSITO

Para toda mujer, madre, de una niña, no es cualquier cosa su fiesta de 15. Aquí les dejo mi historia.

Cuando era joven, antes de cumplir mis 15 años, soñaba con mi fiesta, dos años antes habían hecho la de mi hermana mayor y fue como un cuento de princesas. La verdad a mi lo que más me gustaba eran los regalos, y sobre todo el metálico. Recuerdo que en mis planes estaba comprarme mi Primera Computadora.

Mi cumpleaños es en noviembre; mi mamá desde Marzo ya estaba en preparativos, pero, lamentablemente mis padres no pudieron; primero fue suspendida por falta de dinero, de noviembre a marzo del año siguiente, en ese tiempo ellos esperaban reunir lo suficiente para cubrir los gastos; lo que no pensaron era que se avecinaba otro problema más grave, la enfermedad de mi nonna (abuela en italiano) la mamá de mi papa. Mi fiesta, fue cancelada por su fallecimiento.

Esta situación, suceso, acontecimiento, trajo a mi vida un PROPÓSITO. Desde ese mismo momento, con tan solo 15 años, mi propósito en la vida era poder cumplir mi sueño, por lo menos, en mi primera hija.

Cuando contaba con 26 años, tuve a mi primera hija, su nombre es Blanca Luzero, (desde muy pequeña por costumbre todos la han llamado por su segundo nombre “Luzero”), y mi Propósito (cumplir mi sueño en mi primera hija) seguía en mi mente, nada había cambiado.

Los primeros años no se hablaba del tema, era muy pronto para ello, pero ya cuando pisaba los 12, mi mente empezó a trabajar, planear, ahorrar, organizar.

Con lo poco que ahorraba, compraba cositas para la fiesta, cosas que no se fueran a dañar, ya que aún faltaban más de 2 años para el esperado acontecimiento.

Al principio Luzero no quería fiesta, desde siempre fue muy madura, ella decía, pensaba, que era mucho gasto, estaba completamente renuente a esto. Pero, no contaba con las fiestas de 15 años de sus compañeras del colegio; estar un año adelanta en su clase, daba como resultado que todas, sin excepción, todas tenían un año más, mientras, ella tenía 13 – 14 años; y así poco a poco, ver como cada compañera regresaba a clases con historias, cuentos, fotos, regalos e incluso asistió a varios de esos 15 años; y, algo ocurrió en su mente que fue cambiando de opinión.

Convencí a mi hija de celebrarle su fiesta. Ya era enero de ese año tan esperado. Escogió su motivo, Harry Potter, compramos los zapatos y la tela para el vestido. En el ambiente olía a celebración, vals, fiesta, diversión, etc.

De mi parte, no contaba con algo, no triste, ni lamentable, sino más bien, frustrante… La situación del país empezaba a empeorar.

Y ahora que hacía, pensaba yo, tanto que me costó convencer a Luzero para hacer la fiesta, y ahora, no iba a poder.

Tenía que armarme de valor y decírselo, a ver que ella pensaba. “Luzero, la situación económica no está muy buena, y creo que no podré hacerte la fiesta”.

Esas fueron mis únicas palabras, no pude decirle nada más, su rostro cambió por completo con esas cortas palabras, ella no respondió nada de nada, pero yo sabía exactamente lo que sentía y pensaba, no había que escucharlo, yo lo sentía más que ella misma.

Esos días siguientes no dormí, solo pensaba en lo que Yo sentí cuando tenía esas edad, en todos esos años reprochándole a mis padres que no me hicieron mi fiesta de 15 años. Le conté a mi esposo la situación, a mi hermana, y lo siguiente fue, amarrarme bien los pantalones y buscarle solución al problema, así que pensé; Dónde? Cómo? puedo ahorrar para lograr el objetivo.

A la final no fue tan difícil, con ayuda de mis familiares y amigos más cercanos:

• De un local techado cambió a, la casa de uno de mis hermanos.
• En vez de whisky, sería solo vino.
• Ya no eran pasapalos de entrada y luego plato fuerte; no, ahora era solo una cena.

Se iba a contratar a unos mariachis, eso quedó eliminado, gracias a Dios la miniteca fue todo un éxito.

El vestido, eso ni lo toque, nada cambió, desde que Luzero cumplió 13 años le pregunté: ¿Quieres que tu tío Antonio te haga tu vestido?, ella no lo pensó dos veces, dijo que sí. El diseño lo realizó ella, la confección en su totalidad la hizo mi hermano Antonio.

Los zapatos también fueron un gusto, los compre 9 meses antes, revisamos todas, absolutamente todas las zapaterías, a ella nada le gustaba, quería los zapatos más altos y brillantes que existieran, además, tenían que ser dorados, no negro, ni plateados, no, tenían que ser dorados.

Y en base al color de los zapatos, compramos la tela para el vestido, también con muchos meses de anticipación, para que la inflación no me pasara factura.

También el diseño de la tarjeta de invitación fue realizado por la cumpleañera, todo en combinación con el motivo Harry Potter.

Más de 25 años esperando por ese día. Y así, sin tropiezos, todo perfecto, el baile, la comida, la música, todo estaba listo, llegó ese día tan esperado, todos los invitados, los más allegados, llegaron a buena hora, la fiesta inició a la hora acordada.

De 50 personas invitadas solo faltó 1, y se comunicó para dar miles de disculpas.

Mi Gran Propósito ya estaba cumplido.

En estos momentos pienso, que hubiera pasado si me dejaba vencer por la FRUSTRACIÓN?

Eso no lo sabré nunca, porque yo le gané a la Frustración.

Esta Historia es un claro ejemplo de que cuando te trazas un Propósito en la vida, no hay nada ni nadie que te detenga, cuando tienes Determinación.