Una de las actividades que más me apasionan son los deportes extremos, entre ellos el Parkour, que es la disciplina que actualmente practico y enseño. Desde que era pequeño me han llamado la atención todas aquellas actividades inusuales que no suelen verse mucho, aquellas que sólo a un pequeño porcentaje de la población les interesa practicar.

El Parkour (PK) es una disciplina donde empleas cuerpo, mente y espíritu para vencer cualquier obstáculo que se te presente en la vida, realizando algunos movimientos que te ayudan a desplazarte de un punto A a un punto B con mayor agilidad y rapidez utilizando solamente tu cuerpo. Sin embargo, desde el punto de vista de personas externas "es un deporte que se basa en riesgos", no evaluando su verdadero valor al momento de practicarlo. En mi opinión, el Parkour es una disciplina que te enseña a superar barreras que se presentan en la vida, porque de una u otra forma vamos aprendiendo que con constancia y entrenamiento podemos lograr acciones que antes creías totalmente imposible.

Cuando comencé a practicar esta disciplina era sumamente miedoso; sin embargo, el PK tenía un gran valor para mí y no sólo por sus fabulosas acrobacias las cuales eran llamativas sino que existía una filosofía la cual se basaba en ser fuerte para ser útil, enseñar y acondicionar tu cuerpo a reaccionar ante cualquier tipo de peligro evitando posibles lesiones. Desde ese momento no sólo estuve fortaleciendo mi cuerpo sino también mi mente, aprendiendo que la única forma de superar aquella barrera llamada miedo es combatiéndola directamente, convirtiéndome así en un gran amante de las alturas y la parada de manos, acción que realizo constantemente en cualquier lugar que me proponga, ya que las limitaciones para cualquier actividad que deseas realizar sólo existen en tu mente.

Todo comenzó cuando era pequeño, como todo niño siempre me vi atraído por muchas actividades que quería realizar, una de ellas fue dibujar. Me encantaba mucho ver esos grandes dibujos llenos de color y vida, era fascinante ver el nivel de realismo que tenía cada uno. En mi caso algunos de esos dibujos los entendía, mientras que otros me costaba un poco, siempre me pregunté… ¿cómo los realizan?, ¿cómo hacen para que sean tan perfectos?, ¿de dónde los sacan? Allí fue donde descubrí que el arte no es visto de igual forma por todas las personas y que la imaginación juega un papel muy importante.

Desde ese momento mi objetivo fue poder llegar a dibujar de esa forma, para lo cual di mis primeros pasos a muy temprana edad practicando durante las horas disponibles en mi hogar, utilizando para ello los libros y materiales a la mano, haciendo los dibujos que se encontraban en ellos y los enviados por la escuela. En un principio no lograba que quedaran perfectos y me enfocaba en el dibujo de casas y paisajes sencillos; logrando luego incursionar en dibujos de un par de caricaturas. Con el transcurso del tiempo y mientras más dibujaba me fue fascinando aún más ese mundo, comenzando a ver todo desde otra perspectiva.