Entre Gustos y Colores / Capítulo XIV
El día lunes Nadia llegó muy temprano al periódico y se dirigió a la oficina de Sebastián para dejar unas carpetas que tenía que firmar y retirar otros documentos que ya estaban listos, en ese momento él llegó y entró en silencio, cerró la puerta y se acercó a ella.
-¿Ahora si me vas a explicar que pasó el sábado y por qué saliste llorando de mi casa?
-Ya olvídalo, fue un lapsus –Y pasó por su lado en dirección a la puerta, él no la detuvo, solo esperó a que ella saliera para sentarse y tratar de pensar, algo le sucedía a Nadia y tarde o temprano tenían que hablarlo. Decidió que se dedicaría a su trabajo y así transcurrió una mañana tranquila hasta que Nadia lo llamó por la línea interna y le informó de una visita no muy grata para él.
-Hola-Saludó Sebastián
-Sebastián ella está aquí-Dijo Nadia nerviosa.
-¿Quién está aquí?
-Alicia… ha logrado llegar a la recepción pero el personal de seguridad ha impedido que suba.
-¡Demonios! Esa mujer no se cansa ¡No quiero verla!-Exclamó con mucho odio.
-¿En serio la odias tanto Sebastián?
-Me destruyó la vida ¿Te parece poco?
-Yo pensé que ustedes aun… -Bajó la voz, no podía siquiera decirlo. El colgó y llegó a su oficina en cuestión de segundos la levantó de su silla y la pegó contra su cuerpo.
-¿Qué pensaste? ¿Qué aun la quería? ¿Te has vuelto loca?
-Ella se quedó en tu casa, en tu cama… pensé que quizás ustedes volverían…
-¿Cómo puedes pensar que volvería con esa mujer después de todo lo que me hizo?
-Perdóname, yo sé que no tengo derecho a exigirte nada pero es que no quiero que te lastimen.
Sebastián sonrío, ella era la primera mujer que se preocupaba por él. Si tan solo pudiera amarla, claro que no sabia si ella estaba enamorada de él y temía volverse a equivocar, pero ella era tan bonita y tierna que sentía que en cualquier momento terminaría perdido en ella. Nadia también tenia miedo de lo que estaba sintiendo, le había confesado a Ramona y a Audrey que amaba a Sebastian y temía que él se enterara y la rechazara. Decidió que disfrutaría el momento y que si el destino determinaba que el no era para ella así lo aceptaría.
-Bésame Sebastián-Pidió en un susurro y él la complació al instante tomándole el rostro entre las manos y besándola con pasión y lujuria. Nadia lo abrazó y respondió el beso con el mismo ardor.
-Te necesito... Quédate...-Suplicó Sebastián y ella no se iba a negar al hombre que amaba así que se dejó arrastrar hasta el sofá donde tantas otras veces se amaron, se recostó y Sebastián se le unió al instante. Comenzaron a besarse y a quitarse la ropa lentamente, el había abierto los botones de la blusa de Nadia cuando alguien tocó la puerta, sin embargo ellos estaban tan absortos en lo que estaban haciendo que lo ignoraron por completo pero los golpes continuaban y la voz de Joselyng se escuchó.
-¡Nadia! ¡Amiga! ¿Estás en el baño? ¡Por favor contesta!
-¡Es Joselyng! -Exclamó Nadia.
-¡Dios! -Sebastián se levantó y comenzó a arreglarse, Nadia hizo lo mismo y cuando ambos estuvieron presentables ella abrió la puerta.
-¡Ah! ¡Hasta que por fin! -Exclamó Joselyng molesta-¿Qué estabas haciendo?-preguntó entrando a la oficina pero se detuvo cuando vio a Sebastián-¡Oh! ¡Ups! ¿Interrumpo algo?
-Sebastián y yo estábamos reunidos-Nadia habló lo más tranquila posible, tomando en cuenta lo que estaban haciendo y el hecho de que Joselyng era muy Inteligente y podía descubrir la verdad en cualquier momento.
-¡Ah! Entiendo…-Los miró a ambos-En ese caso me disculpan, pero hay una emergencia abajo en la recepción que requiere la presencia de ambos.
-¿Ella sigue aquí?-Rugió Sebastián.
-¡Si señor Aguirre! Dice que así venga la milicia entera no se moverá hasta que usted hable con ella-Dijo Joselyng y al momento miró a Nadia mientras levantaba una ceja -Me pregunto por qué está tan desesperada-Ahora fue el turno de Sebastián de ser examinado por la lupa de Joselyng- Ha dicho cosas muy extrañas...
-Señorita González le agradezco que nos haya informado, ahora le pido que se retire-pidió Sebastián-De nuevo muchas gracias-Concluyó.
Joselyng los miró a ambos y se retiró en silencio cerrando la puerta. Sebastián se alborotó el cabello con gesto cansado y respiró profundamente. En ese momento Nadia recibió un mensaje de texto de su amiga:
"Me lo tienes que contar todo...!!! TODO Ok???"
Elizabeth soltó lentamente el aire que había guardado en los pulmones y habló.
-Creo que es momento de bajar y ver que quiere esa mujer.
-¿Me acompañas?-pidió Sebastián extendiendo su mano, ella la tomó y respondió-Faltaba más -Y salieron de la oficina juntos.
Cuando llegaron a la recepción se encontraron con una gran cantidad de efectivos de seguridad intentando controlar a Alicia quien gritaba a diestra y siniestra ¡Estaba realmente fuera de si! En cuanto vio a Nadia y Sebastián salir del ascensor se quedó en silencio y los vio caminar hacia ella.
-Vaya, Vaya pero si es la parejita feliz en vivo y directo ¡Que lindos se ven juntos!-Se burló Alicia.
-Te voy a pedir que te retires-La voz de Sebastián era tranquila pero encerraba mucho odio.
-¡Pero si acabo de llegar! Es muy descortés de tu parte no atender a las visitas ¡Y más siendo tu prometida!
-No eres mi prometida…
-¡Claro! Ya entiendo, no puedes asumir nuestra relación delante de esta furcia ¿Cierto? ¿Te está timando?
-Nadie me está obligando a nada y te voy a pedir que la respetes…
-¿Respetar? ¿A quien? ¿A la vaca esta?-Dijo señalando a Nadia con el dedo.
-Estás haciendo de todo esto un teatro barato Alicia y me estoy cansando.
-La verdad es que vine a hablar contigo y no me iré hasta hacerlo.
-Di lo que tienes que decir y vete-La fulminó con su mirada gris.
-Creo que no es el lugar para hablar de esto, ¿Por qué mejor no vamos a tu oficina y conversamos en privado?
-No iremos a ninguna parte Alicia.
-Bueno, está bien, entonces tendré que decirlo aquí, delante de todos y de tu amante.
-Respétala…-Los empleados se habían congregado allí y estaban murmurando, Nadia se sentía como un patito feo delante de muchos cisnes.
-¡Que bajo has caído Sebastián! Mira que buscarte a una cosa como esta para intentar olvidarme-Soltó una risa y señaló despectivamente a Nadia.
-¡Ya basta!-Grito Sebastián-Te pedí que te fueras pero no quieres escucharme así que lo haré a la mala-Tomó por el brazo a Alicia y comenzó a arrastrarla hacia la salida mientras que ella se quejaba de que le hacía daño, apenas llegaron a la calle la soltó.
-Vete y no regreses-Se había dado la vuelta para irse cuando ella le dijo algo que lo congeló por completo.
-¡Estoy embarazada Sebastián!
-¿Qué?-La miró-¿Embarazada?
-¡Sí! Y es tuyo, no te permitiré que lo dudes.
Sebastián comenzó a temblar y se acercó lentamente a Alicia
-No me mientas Alicia, no uses a esa criatura de esta manera.
-No te estoy mintiendo y soy capaz de someterme a todos los exámenes que creas pertinentes para que salgas de dudas.
-Mañana mismo iremos a donde un amigo mío para que te examine.
-Tengo mi propio médico.
-Vamos con mi amigo, no me importa si tengas tu propio medico-Dijo con rabia-Ahora vete, te llamaré luego para ponerte al tanto de la hora de la cita.
-Está bien-Ella aceptó-Espero tu llamada. Solo necesito otra cosa más.
-¿Qué?-Dijo con voz cansada mientras se pellizcaba el puente de la nariz.
-Necesito que me lleven, no tengo carro.
En seguida Sebastián tomó su celular y llamó a Franco, su chofer quien rápidamente llegó para llevarse a Alicia. Cuando Sebastián se dio la vuelta se encontró con Nadia, intentó hablar pero las palabras simplemente no salían.
-No digas nada, solo entra y calma al personal, lo demás ya lo hablaremos ¿Te parece?-Estaba muy seria, Sebastián sabía que la confesión de Alicia le daría un giro a su relación con Nadia y que hasta cabía la posibilidad de que se alejara de él, era una mujer de principios, pero se negó a pensar en ello, respiró profundamente y entró al edificio.
Ya resuelto el problema del personal, todos volvieron a sus labores, Nadia subió al ascensor con Sebastián, el ambiente estaba tan tenso que podría cortarse con un cuchillo.
-No te alejes de mi-Dijo Sebastián, estaban uno a cada lado del ascensor.
-No me estoy alejando, solo mantengo las distancias, estamos en el trabajo, las reglas dicen que…-Pero él no la dejo terminar, y se acercó a ella tan rápido que no le dio tiempo de reaccionar, en un momento estaban separados y al otro ella estaba contra una de las paredes del ascensor y él estaba a punto de besarla.
-No lo hagas-Pidió Nadia en un susurro.
-No me dejes, no te alejes, esto no puede separarnos.
-Vas a ser padre, yo no puedo separarte de tu hijo.
-No vas a separarme de él, puedo mantenerlo y ser el padre más cariñoso de este mundo sin necesidad de casarme con Alicia.
-¿Te has vuelto loco? No puedo permitir…-Y en ese momento se abrieron las puertas, lo que le dio libertad a Nadia para desprenderse del abrazo de Sebastián y caminar, o mejor dicho, correr hacia su oficina, pero él, tan hábil la alcanzó y juntos entraron.
-No voy a casarme con Alicia.
-Sebastián me estoy cansando de esta conversación, no quiero tocar más el tema, te pido me dejes sola por favor, tengo muchas cosas que hacer.
-Está bien, te dejaré, pero esta conversación aún no termina-Y dicho esto Sebastián salió de la oficina de Nadia dando un portazo.
CONTINUARÁ...
LAS IMÁGENES DE APOYO HAN SIDO TOMADAS DE PIXABAY