Esos ojos que me están buscando y no me ven.
Aún no me conoce, seguramente me busca, quiere saber de mí, pero solo consigue lo mismo todo el tiempo y eso le aburre.
Se sienta a leer y a leer diferentes textos, diferentes argumentos. Algunos escritos le hacen reír otros le parecen un tanto tristones pero les da su apoyo y los valora mientras espera poder encontrarme. Me busca a mí pero no me ve, hay tantas publicaciones flotando en este mar y las mías se hunden, se pierden y terminan naufragando.
Yo le escribo y me escribo. No solo lo hago para que me vea, lo hago porque me gusta, me relaja y me hace sentir productiva. He descubierto una parte de mí que se conecta a mis dedos y juntos hacen fluir millares de ideas convertidas en palabras, las entrelazo y las enamoro elaborando escritos que me satisfacen y me enorgullecen. Los envió a navegar y espero con ansías que sean leídos, que los disfruten tanto como yo, pero sobre todo que sus ojos los encuentren y me encuentren.
Pero no me ven, sus ojos me buscan y no me ven. Se que me quiere valorar y que quiere más y más de mí. Estamos destinados a encontrarnos, tarde o temprano ha de pasar.
Aquí estoy, léeme, abre tus ojos, mira soy yo. Que etiqueta me puedo colocar para que me logres encontrar, quizás una con muchos colores o una con lucecitas brillantes. No te preocupes mi querida ballena, yo te seguiré escribiendo y algún día me verás. Seré feliz escribiéndote y tú serás feliz leyendo.
Te espero.
Hermoso texto Liliana muy bello,
si muchas veces las personas están allí fluye que fluye ideas con mucho valor y potencial y no las logran mirar, hasta que llega un poeta que las logra valorar, mil felicitaciones.
Así es Santa, es a ese escritor apasionado convertido en ballena a quién le escribo cuando me escribo.
Que lindo texto, me ha gustado el párrafo "Yo le escribo y me escribo", me he identificado.
Que bueno que te ha gustado, gracias por visitar y comentar mi post.
Algunas ballenas son "ciegas" pero no todas.