Una anecdota muy especial.

Hoy quiero contarles algo que me paso a mi y a un grupo de familiares, fue algo curioso pero el destino así lo pidió.

Ella es mi tía Milagros, una persona honesta, muy alegre y amante de la vida. Ella fue una tía muy especial para nosotros, sus sobrinos.

Sin importar nada nos agarraba a todos y nos llevaba a la playa cuando digo todos hablo de 6 niños entre varones y hembras, lo que puedo decir es que gozábamos mucho con ella no tanto por el paseo que lo disfrutábamos pues, si no por su alegría, algo que jamás le faltó.

Ella un buen día enfermo y sin decir nada esa enfermedad la fue consumiendo, de verdad su valentía no tubo limites, supo enfrentar esa enfermedad en silencio para que ninguno de sus seres queridos se preocuparan.

Pasaron los días y esa terrible enfermedad termino con ella, falleció.

La tristeza que nos embargó fue grande por perder esa invaluable persona, con la cual disfrutamos mucho momentos juntos.

Ella en vida con la única persona que tenía comunicación sobre su enfermedad (su único hijo) habló de lo que sería su destino después de muerta y le dejó ordenes muy explícitas que él debía cumplir, y era que quería ser cremada y ser lanzada en el mar, algo que ella nunca abandonó, por que le gustaba mucho.

Llegó el día de su velorio, algo terrible....... y bueno de allí sería llevado al sitio de cremación. Su hijo al encontrarse solo pido al que pudiera ir y acompañarlo al sitio lo hiciera por que quedaba un poco lejos y no quería ir solo y en ese momento algunos de los que estábamos presente en ese funeral le fuimos dando apoyo para hacerle compañía tanto así que la camioneta estaba a reventar.

Ya en el sitio de cremación esperamos tres horas y media en la parte de afuera para que pudieran entregar las cenizas y darle ese apoyo grande a su hijo que en ese momento lo necesitaba, fue ahí donde nos dijo lo que ella quería para lo que fuese su ultimo destino, ser lanzada a su adorado mar.

No se como pasó pero todos los que lo acompañamos, estuvimos de acuerdo de llevarla en ese preciso instante a su adorado mar y así fue a mas de las 7 de la noche todos nos fuimos a la playa a mas de una hora y media de camino.

Al llegar la recordamos, lloramos, reímos, rezamos y hasta a esas horas de la noche nos metimos en el mar a bañarnos, imagínense a todos metidos en la playa con ropa y demás y el mas osado en calzoncillos jejejeje.

A más de dos horas en ese sitio estábamos conversando dentro del mar que estaba muy quieto y sin olas y de repente alguien la nombro de nuevo y el mar comenzó a levantarse las olas nos empezaron a llevar y el mar se puso picado, fue tanto que nos salimos corriendo por que hasta anémonas comenzaron a salir y quemaron a uno de los acompañantes, nos salimos todos, pero ya cuando salió la ultima persona que no quedo nadie en el agua, esta se quedo quieta de nuevo sin una sola ola y ahí todos caímos en cuenta de que era hora de cumplir el último deseo de nuestra adorada tía Milagros, ser arrojada en el mar.

Que fue ella que nos mando un mensaje diciendo ya era hora? no lo sabemos, pero de que fue extraño lo fue.

Todos empuñamos en nuestra mano un poquito de sus cenizas y a la cuenta de tres la lanzamos y cada quien a un mismo grito le dijo lo que sentía por ella, lloramos todos eso si, pero nos sentimos felices por haber cumplido su última palabra.

Ya habiendo cumplido con ella cuando veníamos de regreso cada quien a nuestras casas y reflexionando sobre lo ocurrido, nos dimos cuenta que aquellos niños que muchos días fueron con ella a la playa, fueron los mismos adultos que esta vez nos tocó llevarla hasta allí, si los mismo adultos, sin saberlo y sin planearlo todos fuimos junto con su hijo hasta su adorado mar a que descansara en paz como se lo merece.

Y hoy la recordamos con mucho amor y siempre pensando en esta bella anécdota que hoy les cuento a ustedes mis queridos Steemians.