La Inigualable Ley de Igualdad y Compensación

Un gran saludo, mis compañeros Steemitnastas.

Soy Zulay Pulido, estudiante de la extraordinaria Doctrina Filosófica Espiritismo Luz y Verdad.

Fotografía destacada, cortesía de Annie Spratt (Unsplash) y Sippakorn Yamkasikorn (Pixabay) Montaje: Zulay Pulido

”La igualdad es el alma de la libertad; de hecho, no hay libertad sin ella.” - Frances Wright

La Ley de Igualdad y Compensación, es la exacta balanza que usan la Ley de Afinidad y la Ley de Justicia, para medir con rigor y precisión, el pago de deudas a la Creación, hasta el último mal pensamiento.

Fotografía, cortesía de PublicDomainImages (Pixabay)

Hasta la fecha, hemos acumulado tal cantidad de faltas a la Creación, a nivel de Humanidad, producto de que hay tantos morosos, libertinos, criminales, malversores y perezosos en el trabajo, que nuestro saldo está en rojo. El platillo de las Deudas está repleto, mientras que el platillo del Haber, permanece casi vacío. Por lo que hay que igualarlos.

Nos encontramos, en este momento, en lo que se llama la Época de Liquidación de la Ley, que terminará cuando la Tercera Guerra Mundial finalice, ocurra la Hecatombe, por la cual la faz de nuestro Mundo será cambiada, y solo un tercio de la población continúe en el nuevo período de Paz para nuestro planeta.

Las tres generaciones que hemos Encarnado a partir de 1912, estamos liquidando deudas con la posibilidad de hacerlo voluntariamente, y respetando la Ley de Libertad que nos brinda el Padre Creador. Pero, los que queden morosos, durante el cambio, tendrán una Liquidación forzosa, por medio del Destierro hacia Mundos conforme a sus aspiraciones, desde donde regresarán regenerados por el Amor, cuando hayan cancelado sus compromisos, por completo.

¿Cómo trabajan la Ley de Igualdad y Compensación?

Ilustración de Zulay Pulido

Es tan rigurosa la Igualdad y la Compensación requeridas por las Leyes de Afinidad y Justicia, que, en el tiempo, nos obliga a desempeñar todos los cargos; a ocupar todas las posiciones y a consumir la misma cantidad de productos, todo, al Centímetro, al Gramo y al Segundo (C.G.S.), porque la ley no puede equivocarse.

La ley se sirve, para hacer Justicia, de las mismas herramientas que los Hombres utilizan. Como el Hombre preparó Armas de Guerra para destruir a sus hermanos, la Justicia llegará, por medio de la Guerra. Y entonces, veremos como:

La Guerra Matará a la Guerra

Pues, será tan espantoso su final, que los sobrevivientes, jamás volverán a querer saber de ella.

Fotografía, cortesía de Free Photos (Pixabay)

Mas para llegar al Amor, que por Ley nos corresponde, que es donde empieza la dicha y la felicidad por el usufructo del trabajo, todos sin excepción, en el transcurso de las miles de Encarnaciones que llevamos, habremos consumido por igual; habremos pasado por todas las mismas pruebas; habremos padecido por los mismos errores, las mismas equivocaciones, los mismos goces y los mismos dolores; todos habremos reído y llorado la misma cantidad de veces; todos habremos sido discípulos y maestros; reos y jueces; mandatarios y mandados; ricos y pobres; reyes y mendigos; jefes y obreros; bellos y feos; sanos y enfermos; completos y deformes; hombres y mujeres; padres, madres e hijos de sus hijos en la misma familia. Quien ha sido Chino, será Europeo, y el Europeo, será Chino; el Americano se intercambiará con el africano; y así por todos los continentes. El blanco será negro y el negro será blanco.

De esta manera, se demuestra por qué no existen las razas, las castas, ni las jerarquías, ni los títulos nobiliarios hereditarios, en verdadera justicia, sino como Compensación por esta misma Ley, para que todos hayamos vivido lo mismo, antes de llegar al Amor Fraternal Humano, que es la Sabiduría Suprema.

En conclusión: La Ley de Igualdad y Compensación es el complemento de la Ley de Amor: nadie puede eludirla, ignorarla o esquivarla y nos obliga a todos a pasar por todos los grados, posiciones y conocimientos del mundo; da la Libertad absoluta, pero nos hace responsables del daño causado a un segundo; no existe la Supremacía, pero sí la Superioridad en Sabiduría, la que obliga en Amor a enseñar al ignorante, lo que implica reconocimiento, pero sin humillación. No existen los sexos en el Espíritu; por lo tanto, la Mujer y el Hombre complementan la Armonía, los derechos y las obligaciones proporcionales en la Familia, y son absolutamente iguales ante la Comunidad. Con esto se destruye la diferencia de Géneros.

Fotografía, cortesía de badski007 (Pixabay)

El título de Madre es el único sagrado en la Tierra y todos tendremos que lucirlo.

En el próximo artículo, comentaré acerca de la maravillosa Ley de Solidaridad

Esta información está basada en los conocimientos obtenidos de la Doctrina Filosófica “Espiritismo Luz y Verdad”, que se imparte en la “Escuela Magnético Espiritual de la Comuna Universal (EMECU)”, fundada el 20 de septiembre de 1911, por el Maestro Juez, Joaquín Trincado.

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Un gran abrazo desde Venezuela, el país con mayor Igualdad Social del mundo.