La campaña perfecta

Debimos haber iniciado precisamente por ese punto cuando arrancamos el proyecto para las últimas elecciones pero pensé que era mejor dejar lista la estrategia que suponía infalible. Teníamos el perfil idóneo, eso por seguro, los targets que estaríamos atendiendo, incluso habíamos diseñado la imagen para cada plataforma, el plan era perfecto pero decidimos dejar al Candidato como el último paso.

El país todos sabemos que se estaba cayendo a pedazos, las instituciones con menos presupuesto resultaban en una carnicería entre sus funcionarios por los cachos cada vez más pequeños del erario. La educación parada en medio de luchas por miles de derechos y la sociedad dividida por los asuntos más abstractos repetidos hasta el cansancio por líderes de opinión corporativos. Tampoco era un secreto la absoluta dependencia de los tratados con el país del norte y sus constantes abusos y explotación de los recursos nacionales, por no mencionar la obligación de asistir también en las diversas guerras que tenían en curso formando parte de sus coaliciones.

Nuestra organización se propuso una apuesta que equilibrara el riesgo con una estrategia conservadora que asegurara la elección. El equipo financiero, de primera, pues había que endulzarle los oídos a los empresarios y darles vuelo a sus sueños de grandeza, por otro lado Cultura y Deporte, previamente enlazados, habrían de ser fusionados con Turismo para matar así tres pájaros de un tiro, atrayendo además las divisas extranjeras. El trabajador siempre con trabajo, si no es aquí, pues con facilidades para cruzarse al otro lado. Y en fin, que Salud, Educación y Desarrollo Sustentable eran áreas de las que brotaba miel bajo nuestro cuidado.

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(Fuente)

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Y yo estaba en medio de todo aquello, organizando por vez primera un proyecto tan grande, no por nada logré cuatro veces la Senaduría por tres distintos estados. Pero esto iba mucho más allá pues yo y mis asociados íbamos en esta ocasión a poder controlar plenamente a la cabeza del Estado. Ella me contactó por aquellos momentos y recuerdo que me dijo:

—Tú y yo no concordamos en nada pero reconozco tu talento, ponte a hacer algo bueno y apóyame con un proyecto.

Yo pensaba que se trataba de una propuesta de ley o iniciar el juicio contra alguien como acostumbraba, así que le dije que traía algo grande entre manos, agradeció mi tiempo y se dio la vuelta. Eso sí, muy pronto me enteré que su proyecto consistía en lanzarse también a la Presidencia. De la manera más tonta me había colocado yo mismo una piedra en el zapato. Ya no pude verla ni comunicarme después, sino hasta que nos vimos de frente aquel día.

Nuestro candidato elaborado por diseño, simplemente no levantaba. Aunque íbamos parejos en las encuestas nuestro equipo no era capaz de sostener la tendencia al alza y siempre la teníamos a Ella más de un punto por arriba. Comenzamos a meter dinero a las redes para inducir las opiniones y colocar dos o tres notas falsas con suficiente difusión para que distrajeran la mirada. Lanzamos investigaciones sobre todos los miembros de su equipo para tener con qué amenazarla. Vestíamos a MANO, el candidato con nuestro perfil exacto, con todos los trajes típicos y lo pusimos a bailar cualquier ritmo en los programas televisivos, y realmente no lo hacía mal dados los parámetros de popularidad que lo habían tenido flotando en el espectro político desde hacía muchos años.

Pero el discurso de la Candidata tenía la viabilidad de sus propuestas, hay que decirlo, y el oído de amplios sectores que ya estaban hartos. Todo empezó a caerse cuando el grupo Quarzzo, una de las firmas industriales más poderosas que nos apoyaban, se pasó del otro lado. Lo peor fue que descubrimos que eran los más sinceros pues varias firmas ya habían comenzado a apostar dinero a ambos candidatos. Mis socios y los principales inversores estaban poniéndose nerviosos. Las empresas de comunicación aumentaron tarifas por los continuos cambios de imagen y estrategias publicitarias. Finalmente el Partido me citó para extenderme un ultimátum. A un mes de las elecciones ya era claro para todos que habíamos perdido esta contienda. Yo propuse elaborar un pacto pero en sus caras burlonas me daba perfecta cuenta que ya habían conspirado.

Me dieron un arma de pequeño calibre que pertenecía a uno de mis antiguos guarda espaldas. Lo capturaron con una banda de secuestradores, con los que también me habían ligado bajo su supuesta confesión. Me enseñaron documentos que comprobaban lavado de dinero con empresas de gente que yo ni conocía, pero que habían firmado su asociación conmigo. No me salve del tráfico de drogas, de cargos de corrupción, ni de que me enseñaran aquellas fotos de la fiestas a las que todos estábamos obligados a ir, para cuando llegaran estos casos. No había forma de escapar de esta situación, me dijeron que pensara en el futuro de mi familia y sólo acerté a preguntar por qué tenía que ser yo. A lo que me dijeron:

—Nos cae muy mal MANO, aún no entendemos cómo lo pudiste seleccionar, pero lo vamos a hacer ganar gracias a que capturaremos al traidor que quería manchar su carrera y que al verse descubierto quiso implicarlo en la muerte de la Candidata. ¡Es perfecto!

Pasé varios días encerrado en una casa de seguridad, vigilado, sin salida. Aún negándome tenía ya el castigo asegurado, así tuve que explicárselo a mi familia. Llegó el día que me habían marcado para ponerme a la tarea, asistí al evento de la Candidata, conseguí un lugar cerca de donde saldría al terminar su discurso, sudé frío mientras caminaba por el pasillo por donde venía directo hacia mí. Me saludaba por mi nombre cuando saqué la pistola y disparé un par de veces contra Ella, me dijeron que así sería más creíble. Mientras estaba en el piso, tal vez sin aún darse cuenta de lo que pasaba alcanzó a decirme:

—Todavía quiero jalarte con mi equipo.

Sé que serán muchos años en el encierro con esta historia girando en mi propia cabeza. A quién podría contarle los pormenores de un magnicidio, llevo meses firmando mis supuestas confesiones que ya me traen por escrito. Conozco la política, pensé que era mi espacio natural y hasta que me quería. Hoy sé que sólo es escenario en el que pude rodar cualquier cabeza. Finalmente ganaron el Partido y su Candidato y al menos en mi corazón tengo esta certeza, que ellos deben saber muy bien todo lo que me deben. Espero que lo tengan en cuenta.

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(Fuente)

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@LeVeuf

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