Enfoques de la puesta en escena: conceptos generales. (Bitácora_MDE # 003)

La materia Enfoques de la puesta en escena tiene el objetivo general de comprender tanto los componentes que conforman el ámbito de lo escénico y su interacción, así como los diferentes procesos que se han dado históricamente en torno a la composición, sentido e intención de la puesta en escena. La Maestra Raquel Araujo comentó que revisar estos conceptos sería como revisar una historia de las ideas, pero no necesariamente basándonos en la linealidad histórica sino en una serie de líneas de tensión que en el desarrollo del teatro se han presentado siempre, revisando la participación en estas líneas de fuerza de la figura cambiante del director de escena, cuya definición como tal es de muy reciente cuño en comparación con la historia del teatro.

Einstein on the beach, del director estadunidense Bob Wilson.
(Fuente)

La materia tiene la mira puesta en el estudio del teatro contemporáneo como campo que recoge todo el bagaje de conocimientos y prácticas de las diversas tradiciones teatrales filtradas por la mirada del pensamiento actual (el cual funciona más o menos desde los años cincuenta con la caída sucesiva de los valores de los grandes sistemas totalitarios de la modernidad y que se representa concretamente con la caída del Muro de Berlín en los ochenta), y se adentra en los postulados de lo que se conoce como posmodernidad.

Otra de las ideas a perseguir a lo largo de las sesiones es la de la construcción de un Concepto de puesta en escena que en el caso del director teatral se trata de comprometerse con un discurso y poética escénica propias al momento de concebir el paso de un texto o idea a la escena para ser comunicado al espectador. El director teatral es aquel que crea, más allá de la simple trasposición más o menos fiel del texto literario a la escena, una red de símbolos pertenecientes a lenguajes diversos como el espacio, la plasticidad, el sonido, la luz, el color, el vestuario y ese complejo material que es a la vez objeto del teatro, representante simbólico, persona y ser humano que es el actor con todas sus potencialidades y cualidades; la composición organizada y significativa de estos lenguajes en conjunto definen la identidad creativa del director teatral así como su postura ante los hechos que decide presentar en escena, es decir, su discurso propio.

Jorge II, Duque de Sajonia-Meiningen, es considerado uno de los
primeros fundadores de la dirección teatral
como la conocemos al día de hoy.
(Fuente)

Un hecho a tener en cuenta en el estudio de los enfoques de la puesta en escena es la relación esencial e íntima que tiene el teatro con prácticamente todas las otras artes. En el teatro conviven y han convivido creadores y artistas de la más diversa índole y en su desarrollo han intervenido en no pocas ocasiones creadores que han sido genios consagrados en otras áreas como la música, las artes plásticas, la danza, la arquitectura, el circo, la fotografía, el cine, etc. La contribución al teatro puede venir incluso de personas con afinidades y habilidades fuera del contexto artístico; la biología, la medicina, las ciencias físico-matemáticas, la psicología, las ciencias sociales, casi cualquier campo de lo humano ha visto su reflejo en las concepciones construidas para la escena. Sin embargo y tal vez debido a esta misma complejidad del arte teatral y su naturaleza fuertemente colectiva, es el que más tarda en adaptarse a cambios e innovaciones en técnicas y visiones artísticas a diferencia de las demás disciplinas, como coinciden en señalarlo diversos estudiosos de la escena como el investigador mexicano Rodolfo Obregón en su libro de reflexión sobre el teatro contemporáneo Utopías aplazadas.

Las líneas de tensión

El hecho escénico, tratándose de un una experiencia compuesta por lo presencial, el convivio, y la estructuración poética, como lo expone el teórico argentino Jorge Dubatti en sus estudios de la Filosofía del Teatro; se da en un tiempo-espacio que participando necesariamente de lo real (condiciones materiales del espacio, de los objetos, del tiempo, del espectador, de los creadores e intérpretes y de los significantes culturales por todos compartidos), crea una situación acotada de suspensión del juicio de la realidad para entrar en unas nuevas reglas de juego, generando una realidad alternativa creada a la vez por intérpretes y espectadores. Siendo el espacio por excelencia de la ficción, el teatro ha estado atravesado siempre por la presencia de lo real en el escenario, esta sería la primera línea de tensión que convendría tener en cuenta en la generación de un concepto de puesta en escena. Por decirlo de alguna manera, en el escenario danzan en equilibrio cosas que representan otras, cosas que siendo ellas mismas evocan otras, cosas que aparecen o se evocan que tienen una repercusión en cosas de la realidad fuera de escena, cosas que no existen y son creadas por el gesto del actor o por otros medios, cosas que representan múltiples cosas transformándose en la acción, cosas que ni representan ni evocan sino que simplemente son, toda esta situación material y simbólica de lo que aparece en escena conforma el posible sentido que forma la base de la experiencia estética del teatro.

El director ruso Vsevolod Meyerhold enfocó su trabajo en
las capacidades físicas, expresivas y simbólicas del actor,
englobando su estudio bajo el concepto de Bio-mecánica.
(Fuente)

Otra de las principales líneas de tensión que abarca toda la historia teatral es la que se da en el predominio del texto sobre la escena o viceversa. El texto teatral y con él el encargado de esta escritura conocido como dramaturgo, han tenido diferentes grados de influencia sobre lo que ocurre con el resultado que se observa en la escena. El cargo de director teatral ha fluctuado entre el propio escritor de la obra, pasando por el actor principal, el administrador de la compañía o el teatro, entre todo el colectivo teatral, siendo el siglo XX el que entrega la figura del director de escena. Así vemos que el grado de aporte en la interpretación que ocurre con el texto en su traducción escénica puede ser muy variable entre la fidelidad y la total re-creación. En el campo del texto puede darse aún otra línea de tensión entre la ficción y lo documental, cuando los objetos, discurso y hechos presentados en la escena tienen referentes claros en la historia o los acontecimientos de la actualidad, pero están sujetos al campo poético de lo escénico, la mayor o menor distancia con lo objetivo determinaría esta línea de tensión.

La presencia humana en escena, encarnada por el actor (o cualquier otra nomenclatura que esta función ha tenido), crea otra serie de líneas de tensión que han tenido repercusión a todo lo largo de la historia teatral siendo paradójicamente una de esas líneas la que se da entre actuar y no actuar, siendo matices de esta tensión, encarnar, representar, mostrar, ser. La identidad e historia personal del actor ha desempeñado un papel siempre importante en la escena en función de la capacidad que tiene el intérprete de suprimirla absolutamente o bien, intencionalmente hacerla formar parte de la experiencia escénica. El grado al que puede llegar esta tensión puede salir del campo de la interpretación y llegar a tocar el campo de especialidad e incluso la experiencia vital de quien sale a escena, dándose la tensión entre ser actor y no-actor.

El profesor estadunidense Michael Kirby propone este esquema para comprender la graduación en la presencia del actor de acuerdo a su función como generador y partícipe en la ficción.
(Fuente)

Finalmente la tensión que permea en todos estos binomios se puede englobar en la relación con lo mimético o no-mimético del material resultante del espectáculo. La mímesis, concepto acuñado en Grecia, merecerá un artículo especial para hablar de su evolución y su relación con todas las artes. Básicamente esta tensión se genera entre lo que se observa y la percepción sensible de que observándose una representación referente a la naturaleza, esta tiene una vida y originalidad propias. El teatro que juega con la tensión en la línea de lo mimético ofrece una complejidad simbólica y experiencia sensible, individual y social que potencian la capacidad reveladora y transformadora que posee el teatro en relación con el espíritu humano.

Algunas experiencias escénicas compartidas

Como parte de las discusiones y materiales compartidos en la materia, la Maestra Raquel Araujo ha comentado diversas experiencias a las que la ha tocado asistir como investigadora, como creadora o como simple espectadora. Entre estos materiales ha recopilado una selección de experiencias escénicas que pueden encontrarse también en vínculos a plataformas de video. Así cerramos esta bitácora compartiendo algunas de las imágenes que hemos estado revisando y comentando en las sesiones. Acompañan a cada video una breve descripción de la compañía que la presenta.