COVID19: ¿questión de alarma?
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Hace varios días dejé un post con algunas inquietudes respecto al Coronavirus, hoy día llamado COVID-19. Básicamente me hacía algunas preguntas sobre las razones de la alarma internacional emitida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en contraposición a los comentarios de algunos epidemiólogos, los cuales han señalado a la enfermedad producida por COVID-19 como un virus mundano que será común a nivel global.
Ayer, en la cuenta de twitter de un investigador que sigo, se hacía el llamado a mirar en la cuenta @microBIOblog, los comentarios sobre #coronavirus #COVID19 #SARSCoV2, esta cuenta a su vez hacía un llamado para seguir el hilo de twits colgados por un periodista especializado en salud y sanidad llamado Pablo Linde (@Pablolinde). Este señor en respuesta a las preguntas de algunos seguidores dijo lo siguiente:
“Varios focos de #coronavirus más o menos descontrolados fuera de China. Hasta ahora los casos en el extranjero eran sobre todo importados y muy controlados. ¿Cuán preocupante es? Yo no lo sé, pero resumo lo que me han ido contando los expertos y la OMS las últimas semanas. Hay dos grandes escenarios posibles: que se consiga atajar el virus y acabe desapareciendo en humanos, como pasó con el SARS (del que no se sabe nada desde hace más de 15 años) o que se incorpore como una nueva enfermedad más o menos común en la humanidad.”
A mi entender a esto se referían los epidemiólogos que mencioné al hablar de virus mundano.
Sigue diciendo @Pablolinde, “Esto último es lo que se quiere evitar a toda costa. Por eso las medidas tremendas en China, las cuarentenas, las vigilancias. No es tanto porque sea una enfermedad muy grave (por lo que parece, sin menospreciarla, no lo es), sino porque bastante tenemos con luchas con las que ya existen como para incorporar otra más al catálogo. Aunque ahora pueda parecer 'lo normal', lo de hacer cuarentenas tan masivas es muy extraordinario. Las de China, como repetían en la OMS, nos estaban dando tiempo extra al resto del mundo.”
Tiempo muy necesario en países que lastimosamente no cuentan con los recursos materiales necesarios para hacer frente a situaciones como esta, tal es el caso de Venezuela, un país que como muchos conocen se encuentra deprimido económicamente y que, en la actualidad (febrero 2020), no cuenta ni siquiera con una infraestructura hospitalaria y de salud sólida, así mismo carece de los suministros y equipamiento necesarios para atender los padecimientos cotidianos en esta materia y, por si fuera poco, el personal médico y asistencial es escaso debido a los salarios de miseria actuales. Colombia, hermano fronterizo de Venezuela, inclusive ha declarado que no cuenta con recursos y medios para atender una contingencia de este tipo.
Según palabras de @Pablolinde, “Si conseguíamos que los casos fuera siguieran siendo importados y controlados, si la expansión en China se frenaba, como parecía suceder, la esperanza de conseguir hacerla desaparecer era alta. Pero a medida que pasa el tiempo esta 'ventana de oportunidad' se achica. Veremos cómo avanzan los focos fuera de China, si allí sigue frenándose es ascenso y, sobre todo, si la enfermedad no se expande en países con sistemas sanitarios débiles, porque allí si puede ser grave. Estamos en un momento de incertidumbre.”
Hasta hace muy poco, los latinoamericanos podíamos agradecer a Dios el hecho de que no se habían confirmado casos de COVID19 en esta región del Planeta. No obstante, el día de ayer 26/2/2020 se publicó la noticia del primer caso en Brasil, otro país que comparte frontera con Venezuela. Igualmente se ha hablado de casos sospechosos en Chile. Por otra parte, se han reportado casos también en Italia.
Para culminar @Pablolinde señala que “En líneas generales sigue aplicando esto:”
En conclusión, parece mucho más importante el avance de la expansión de los casos de COVID19 que el virus o la enfermedad en sí misma; sin embargo, se debe tener cuidados sanitarios y también evitar el contacto con personas infectadas, sobre todo aquellas personas que se incluyen en el grupo etario de mayores de 60 años, pues aparentemente es el grupo que presenta mayor riesgo de padecer la enfermedad de manera más grave y, por ende, con una mayor expectativa negativa.