Cumaná bella, ¡cuántos recuerdos!, las empanadas de la señora Hilda, su mercado libre, su terminal, y tantos sitios. Si Dios me permitiera ir de nuevo desde San Juan de los Morros, sería una dicha grandiosa.
Cumaná bella, ¡cuántos recuerdos!, las empanadas de la señora Hilda, su mercado libre, su terminal, y tantos sitios. Si Dios me permitiera ir de nuevo desde San Juan de los Morros, sería una dicha grandiosa.
A pesar de las circunstancias en las que está, su gente sigue siendo noble, estoy segura que siempre será bienvenido. Muchas gracias por venir.