Las cosas más bellas de la vida se ven al amanecer. Reflexiones.

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Las cosas más bellas de la vida se ven al amanecer.

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Tal parece que el sol naciente, valiéndose de su brillo, hace que al amanecer, las cosas de la vida se vean más bellas, las personas más hermosas, y los paisajes más preciosos, todo porque su luz ilumina con una extraordinaria nitidez, y nos podemos extasiar, a la vez que inyectarnos un ánimo de optimismo para lo que viene de día.

El sol radiante es lo primero que se aprecia con esa belleza espectacular.

La vegetación, al amanecer, exhibe el verdor más claro y bonito al apenas empezar a salir el sol. árboles, matas, grama, paisajes y plantas se ven mucho más impresionantes en horas de la mañana.

Las aves, en cualquier lugar del mundo, presentan unos de los aspectos más formidables de la belleza natural, tanto por sus vistosos colores como por sus cantos dulces, agradables y melódicos.

Existen tantas y de tan hermosos plumajes, que juntarlas sería conformar la mayor coral más cromática y canora que pueda haber.

Pero en cada país se encuentran, y poseen una alegría común en todas partes. Cuidarlas es responsabilidad de todos, echarles agua y darles alimentación aunque no nos pertenezcan.

Las playas, esos lugares paradisíacos de sol y sal recrean la vista y el alma cuando en la mañana contemplamos ese azul que inspira a poetas y escritores.

Tener la oportunidad de ver una playa en la aurora es uno de los prodigios que se pueden disfrutar con los ojos y piel.

Los paisajes u obras naturales de Dios son más esplendentes y lindas a tempranas horas del día, y un ejemplo directo son Los Médanos de Coro.

Y así, hay muchos paisajes, lugares y llamativas situaciones que al amanecer muestran mejor las características de nitidez que en otro momento. Estas son apenas unas muestras.

Bendiciones de Dios para todos.