Elevó mi comandante
su bandera unicolor,
sangre en todo su tenor,
con un ritmo avasallante.
Fue y se llevó por delante
a quien se le atravesara,
y de forma -no muy clara-
se adueñó de los poderes,
en tanto, hombres y mujeres
creían en forma rara.

Ofreció los mil castillos
donde vivir bellos sueños,
pero en sus locos empeños
se fue nutriendo de pillos.
Protegido por anillos,
nos habló de un socialismo
que nos llevaría al abismo
aunque él decía lo contrario,
y de modo extraordinario
se volvió un malabarismo.

¿Socialismo del veintiuno?
Vaya, pues, ¡qué triste engaño!
aumentando año tras año
y de modo inoportuno.
Lo curioso es que ninguno
creyó en su fatalidad
y él, con su firme crueldad
nos llevó hasta la desgracia,
pero aún hay gente reacia
a ver la infelicidad.

Hoy de frente a la tragedia
a Dios nos encomendamos
mientras frustrados callamos
con mal que no se remedia.
Ya no existe clase media
y, sin ninguna alegría
pregunto en el actual día
y me responderá alguno:
.- ¿Socialismo del veintiuno?
¡Eso sí que es utopía!.

autor: @lecumberre.

Aquí presento mi poema en esta segunda edición. Se trata de 4 décimas tradicionales, compuestas por una estrofa de 4 versos, pausa, y otra estrofa de 6 versos, como lo exige esta estructura.

Me complace concursar en esta ocasión, pues el tema me sirve para desahogarme un poco de la situación que vivimos los venezolanos, en mayoría. No se trata de convertir nada en tribuna política, y agradezco a ustedes el llamado para escribir en torno a este tema que, por cierto, debe tener muchas temáticas, debido a su amplitud.