Sindrome de Cotard (creer estar muerto mientras en realidad se vive).
Por el año 1880, en París, Francia; una mujer de 43 años de edad, paciente de un doctor que tenía por nombre Jules Cotard, aseguraba que no tenía cerebro, ni nervios, ni tórax, y que se hallaba formada, únicamente, por su piel y los huesos. Así mismo afirmaba que era eterna y viviría por siempre. Además, negaba la necesidad de nutrirse. Más adelante creía que estaba eternamente condenada, exigiendo ser quemada y que ya no podría morir de una forma natural. Murió de hambre, ya que se negaba a comer.
En 1882 Cotard nombró esto como "Síndrome de negación" y actualmente se le conoce como "Síndrome de Cotard" y es una enfermedad cuyos pacientes llegan a creer que sus órganos internos han paralizado toda función, que sus intestinos no funcionan, que su corazón no late, que no tienen nervios, ni sangre, ni cerebro e incluso se están muriendo, llegando a presentar algunas alucinaciones olfativas que confirman su delirio (olores desagradables, como a carne en putrefacción), incluso pueden llegar a decir que tienen gusanos deslizándose sobre su piel. Junto con esta creencia de muerte, el paciente puede mantener una idea de inmortalidad, como si se hubiera convertido en un "alma en pena".
En enero de 1990, después de recibir el alta en Edimburgo, un paciente fue llevado por su madre a Sudáfrica. Estaba convencido de que había sido llevado al infierno (lo que se confirmaba por el calor) y que había muerto de septicemia (que había sido un riesgo a principio de su recuperación). Pensaba que "se habían apropiado del espíritu de mi madre para mostrarme el infierno" y que seguía dormido en Escocia.
El asesino en serie Richard Chase también padeció el síndrome. Se quejaba de que le estaban robando las arterias pulmonares y de que su corazón dejaba de latir. Comía animales crudos porque creía que eso permitía a su corazón seguir latiendo. Además creía que sus huesos craneales se habían separado y se estaban moviendo, razón por la que se afeitó la cabeza, ya que quería observar esta actividad.
Según la BBC, en 1995 un estudiante de medicina, mexicano, llamado Jesus Ramírez, un paciente le llamó la atención: aseguraba que estaba muerto. En ese entonces le habían diagnosticado esquizofrenia. Más tarde, durante su especialización, descubrió que en realidad aquel hombre tenía el síndrome de Cotard. Uno de los casos que el doctor Ramírez trató fue el de un hombre de 78 años que se negaba a ser hospitalizado porque "ya estaba muerto". "Estoy acabado, no tiene sentido que me traten", decía el hombre. "Me siento como un autómata, como si el mundo no existiera, estoy completamente eliminado", se lamentaba más tarde. Si bien la característica más conocida de este síndrome es la creencia de estar muerto, lo cierto es que quienes padecen este trastorno tienen otros tipos de negación delirante. En otro de los casos que Ramírez investigó, una joven de 18 años se quejaba constantemente de haber perdido sus manos, y pensaba que había sido hechizada. "Mi corazón dejó de funcionar, siento que mi hígado y estómago se están enfermando, dejaron de funcionar. No siento mi cuerpo desde adentro. No tengo corazón", explicaba la mujer. En sus muchos años de experiencia, Ramírez ha visto 14 casos de personas con este trastorno de las decenas de miles de pacientes que ha visto.
"Se requieren dos factores para tener este tipo de delirio", explica Ramírez. "El primero es una anomalía neurobiológica que produce mecanismos neuropsicológicos alterados y que lleva a una experiencia subjetiva altamente anormal". Como por ejemplo la pérdida de la memoria emocional que hace que el paciente experimente una falta extrema de familiaridad con una situación de su vida, su cuerpo o su identidad. "También se requiere de una falla de los mecanismos lógicos que se conoce como el sistema de evaluación de creencias; porque una persona puede tener problemas de despersonalización, pero no llegar a la conclusión de que está muerta", agrega el psiquiatra. La persona, como tiene esta negación de su propia vida, o de sus propios órganos corporales, puede llegar a cometer actos dramáticos. Hemos visto pacientes que se han mutilado"
Todavía no se sabe a ciencia cierta qué causa el síndrome de Cotard. Pero al menos 2 de cada mil personas llegan a padecerlo, ¿conoces alguna persona con síntomas parecidos?
excelente post.
Gracias por tu comentario, me alegra que te haya gustado. Y por favor, discúlpame lo tarde de la respuesta ;)