Dirigida por Christophe Barratier, logró realizar una obra artística encantadora para todo tipo de público, con un guión escrito por él y por Philippe Lopes-Curval. Si eres músico, de cualquier índole, podrá evocar a tu niñez y te hará recordar a ese maestro que te hizo amar la música. Y para quién no forma parte de la música igual logrará mantenerte atrapado toda la película y no te va a importar que sea francesa o si no te gusta el cine extranjero. No es una película aburrida, de hecho tiene unos buenos salpicones de comedia que te hacen adorar al amado profesor Mathieu y vas a querer adoptar a algunos de estos niños (menos el que inventa notas que no existen ja, ja, ja). Es una película que con gran sutileza aborda grandes problemas sociales, como el abuso físico y mental que reciben este tipo de niños de parte de sus profesores y del mundo en general y nos enseña como la música puede reinsertar a las personas a la sociedad sin dejar a nadie por fuera.

La protagonista principal es la música compuesta por Bruno Coulais y Christophe Barratier, si prestas atención a las letras de sus canciones solo hablan de esperanza en un mundo de injusticia y de dar la mano a aquellos que están desprotegidos. Esta maravilla cinematográfica también cuanta con una hermosa fotografía de Carlo Varini y de Dominique Gentil. Estuvo nominada a mejor película extranjera y a mejor canción original en los premios óscar por la canción “Vois sur ton chemin". Un dato resaltante es que los niños de la película son actores, el coro original que cantó los temas de esta película son “Les Petits Chanteurs de Saint Marc” (Los pequeños cantores de San Marcos), a excepción de su protagonista Jean-Baptiste Maunier, que sí es el cantante original de la película.