En 1940, ya declarada la II guerra mundial y después de la dimisión del Primer Ministro Británico, Neville Chamberlain (Neville Chamberlain) ante la cámara de los lores, Winston Churchill, personificado por Gary Oldman (Sirius Black en Harry Potter, Jim Gordon en Batman Begin), es elegido como sucesor, no sin cierto recelo y desconfianza por parte de los integrantes de su propio partido y el mismo Rey Jorge VI (Ben Mendelsohn), quien al poco tiempo se volvió uno de sus grandes amigos.

Esta historia se centra luego de la amenaza de Alemania de invadir Inglaterra que hace que inicie una crisis en el gabinete de guerra, donde unos activos del partido conservador, donde estaba el mismo Chamberlain, le pedían fervientemente que firmara un tratado de paz con Alemania mediante Benito Mussolini como canal. Propuesta que rechazó fervientemente. Al mismo tiempo, organiza la “Operación Dinamo”, que no es más que la extracción de los soldados apostados en la playa francesa de Dunkerque, donde por medio de un llamado de la BBC pidió a todas las embarcaciones del canal de la mancha, ir al rescate de los soldados.

No podemos dejar escapar la actuación magistral de Gary Oldman, con este papel que no solo es histórico, sino que tuvo una personalidad con tantos matices y además el hecho de tener que pronunciar aquel discurso célebres “Lucharemos en las playas”. La reputación de Churchill por ser un ser extremadamente difícil en la vida real, que espantaba a sus secretarias y la única que lo podía domar era su esposa Clementine (Kristin Scott Thomas) hace que la encarnación sea más compleja, pero Oldman la pudo dominar incluyendo un lado humano, pintoresco incluso empático, como lo hizo ver en una de las escenas compartidas con su secretaria personal Elizabeth Nel (Lily James), y de gran carisma; lo que hacía que el pueblo británico lo adoraba.

Esta personificación más el complejo dominio de monólogos y diálogos hacen del actor merecedor de dos premios importantes como el Golden Globe y el BAFTA, además de la nominación del oscar a mejor actor. Muy personalmente esta película me tocó mucho porque "transpolé" una cita de Churchill con la situación que estaba pasando justo en el momento en que existían las mesas de diálogo de la MUD con los miembros del chavismo, y que desde mi punto de vista ese monólogo le hará merecedor del Oscar:

¿Cuando se aprenderá la lección? ¿Cuántos dictadores más deben ser cortejados? ¡¿Apelar?! Dios mío, me han dado privilegios inmensos, antes de que aprendamos. ¡No puedes razonar con un tigre cuando tu cabeza está en su hocico!! Winston Churchill, Darkest hour (2017)

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