El sueño de la ramita (cuento corto)
El sueño de la ramita
Había una vez una pequeña y delgada ramita verde de pocas hojas que no podía crecer, uno de sus más grandes sueños era llegar a convertirse en un gran árbol en el cual las aves hicieran sus nidos. ¿Era por falta de años, o de agua tal vez? No, incluso para muchas de sus amigas flores era uno de los más antiguos de aquel lugar llamado Valle verde, el siempre bebía agua y se alimentaba bien. Lo había intentado todo y siempre seguía igual, ya no encontraba qué hacer.
Un día, una dulce señorita se acercó al Valle verde, ella era una muy buena jardinera, y justo esa mañana salió en búsqueda de nuevas especies que cultivar, mientras caminaba por todo el lugar, observaba detenidamente los árboles a su alrededor aunque muchos eran hermosos ninguno robó su atención. Pasaron muchas horas mientras caminaba y ya cansada pensaba que se iría a casa sin haber encontrado esa nueva planta especial.
No pasó mucho tiempo cuando sus ramas empezaron a extenderse, el verde de sus hojas era tan intenso que llegaba a resplandecer. La joven emocionada seguía dandole sus cuidados pues su deseo era verlo crecer. En una mañana de primavera, se sintió maravillada al ver un árbol frondoso y lleno de flores, al observar se sintió complacida por que el tiempo y el cariño que le dedicó dieron sus frutos. Fue evidente que el amor de la joven fue lo que motivó a la triste ramita, que al principio solo tenía unas pocas hojas, a crecer y convertirse en un hermoso cerezo, en el cual las aves se posaban y hacían sus nidos.
Un día, una dulce señorita se acercó al Valle verde, ella era una muy buena jardinera, y justo esa mañana salió en búsqueda de nuevas especies que cultivar, mientras caminaba por todo el lugar, observaba detenidamente los árboles a su alrededor aunque muchos eran hermosos ninguno robó su atención. Pasaron muchas horas mientras caminaba y ya cansada pensaba que se iría a casa sin haber encontrado esa nueva planta especial.
De regreso a casa, casi al final del camino, se detuvo y observó detenidamente la tristeza que transmitía una pequeña ramita; se acercó, tocó sus pocas hojas y le regaló una sonrisa.
Al llegar a casa busco el lugar adecuado para plantarla, entre tantos lugares para elegir, escogió uno lleno de diversas y coloridas flores a la orilla de un pequeño riachuelo, con la intención de que se sintiera a gusto y olvidara su tristeza.
Los días pasaban y la joven cuidaba con mucho cariño a su nuevo amigo, pasaba horas junto a él, lo regaba, lo limpiaba y hablaba con él.
No pasó mucho tiempo cuando sus ramas empezaron a extenderse, el verde de sus hojas era tan intenso que llegaba a resplandecer. La joven emocionada seguía dandole sus cuidados pues su deseo era verlo crecer. En una mañana de primavera, se sintió maravillada al ver un árbol frondoso y lleno de flores, al observar se sintió complacida por que el tiempo y el cariño que le dedicó dieron sus frutos. Fue evidente que el amor de la joven fue lo que motivó a la triste ramita, que al principio solo tenía unas pocas hojas, a crecer y convertirse en un hermoso cerezo, en el cual las aves se posaban y hacían sus nidos.
Que bueno que hayas regresado :P eres de las unicas que hace cuentos para niños. Así que no huyas más ;) vamos que si puedes.