Negro un gato muy Dulce

          El día que mi papa lo trajo a casa era muy pequeñito, flacucho y con muchas pulgas para regalar, pienso que tenía como dos meses de nacido, apenas llegó lo bañe con agua tibia, le saqué todas las pulgas, le pase un secador con mucho cuidado, pues ni casi pelo tenía. Con una caja de cartón, hice su camita, el aún no se acostumbraba a estar solo, lloraba mucho de madrugada, así que me levantaba a dormirlo. A medida que pasaban las semanas negro era un gato muy activo, pues le gustaba corretear por todo el patio, explorar por las matas de mi mama que para su tamaño, era como si estuviese en una selva, a pesar de lo temeroso que fue al llegar a casa.

         Estando un poco más grande negro se escapaba a la calle, evitarlo era muy difícil, pues ya se había adaptado hacer necesidades en el patio y encerrarlo dentro de la casa no era opción, pues maullaba hasta que lo dejaras salir. En las noches lluviosas, siempre se acurrucaba en mi cama, apenas oís un trueno se metía bajo mi sabana, lo notaba porque estaba calentito y empezaba a ronronear. Él era un gato cazador por naturaleza, a pesar de lo que dicen que los gatos machos son flojos, yo no diría que eso sea cierto, siempre comía cual grillito se le atravesara, cucarachas, iguanas, lagartijas, mató varias culebras, y las dejaba en la puerta de la casa, al igual que los ratones. Cosa que no era nada agradable.

         Cuando empecé la universidad, negro se escapaba para bajar conmigo en las mañanas a esperar el autobús, hice lo posible para que no saliera,igual terminaba viéndolo caminando a escondidas pero siendo evidente también, él no se acercaba a la vía, ni cruzaba la calle, me observaba desde el otro extremo en una montañita de tierra que había, algunas veces esperaba en silencio y otras maullaba cuando me montaba en el autobús. Al regresar de la universidad lo veía parado esperando, maullaba de felicidad, la verdad no entiendo como sabía a qué hora regresaba, si yo llegaba todos los días en horarios diferentes, apenas el entraba a la casa mi mamá sabía que yo había llegado.

         Una mañana me arreglándome para ir a la universidad, se me hizo extraño no escucharlo maullar, además que la noche anterior no durmió en la casa, me sentía preocupaba pero a la vez pensaba que otra vez se fue a tremendear por ahí. Empecé a llamarlo por todas partes, al ver la hora, ya se me hacía muy tarde para el transporte , además ese día tenía un examen y una exposición, así que decidí bajar a la parada, más que todo para ver si el venía a acompañarme porque las veces que se escapaba de casa me lo conseguía en el camino, lo oí maullar, al voltear, estaba acostado en el suelo, me veía con desesperación pues sabía que me iba y quería acompañarme, se arrastró por los escalones maullando frenéticamente, con unos ojitos de emoción diciéndome "te encontré", en ese momento mi corazón se partió en mil pedazos, no podía controlar mi llanto al presenciar tan dolorosa escena, el incluso en esas circunstancia quería acompañarme, botaba espuma por la boca, pero eso no lo detenía a seguir andando por el suelo, a pesar que no me había movido más, el seguía maullando, luchando por estar conmigo, se hizo lo posible por rescatarlo, pero negro no sobrevivió, ya tenía muchas horas con el veneno en su organismo, nunca supimos quién fue el desgraciado que apago su vida, es imperdonable lo que hacen algunas personas por maldad, que tienen el corazón tan negro para hacerle eso a un indefenso.