Mi mejor decisión fue abandonar a mi gran amor

 Quiero contarles la historia de dos amores que han existido en mi vida, amores que me marcaron y que uno de ellos lo sigue haciendo hasta el día de hoy; a uno lo llamare “mi gran amor” y al otro “mi verdadero amor”.


En mi vida mi gran amor era lo mejor que existía, a él dedicaba todo mi tiempo, hasta mis horas de sueño eran irrelevantes delante de él. En muchas oportunidades tuve que herir a otros por cuidar a mi gran amor, mi vida y mi existir era solamente para él, pero ¿Quién no hubiese actuado como yo? ¡Era mi gran amor! Lo único que me hacia seguir adelante era eso. Hasta que, al pasar el tiempo, me di cuenta de que ese gran amor, al parecer, a veces se hacía pequeño, podía lastimarme, podía hacerme llegar a tal punto de querer alejarlo de mi, de dejarlo, de abandonarlo todo, pero me preguntaba ¿Qué sería de mi sin él?.

Hasta que un día conocí a quien quise nombrar “Mi verdadero amor”. Ese que me enamoro desde nuestro primer encuentro, quien conoció cada parte de mi, cada faceta, conoció cada virtud pero también cada uno de mis defectos, a quien yo deje a un lado e ignore por tanto tiempo y aun así decidió amarme. Mi amor verdadero nunca me hirió, solo sano las heridas que yo tenía, El nunca me juzgo sino que me hizo ver cuán grande es mi valor para Él… Así que empecé a dedicarle mucho más tiempo a mi verdadero amor, anhelaba conocer más de Él, de su inmenso amor. Esto eventualmente le disgusto a mi gran amor, por lo cual intento de todas las formas imaginables separarme de mi verdadero amor, y fue allí, justo en ese momento en el que me di cuenta de que si le dedicaba tiempo a uno, no podía hacerlo con el otro, que en mi corazón no había cabida para dos amores, debía elegir solo a uno, que en mi vida solo había un lugar para el puesto más importante; no fue fácil, me resulto realmente estresante y doloroso tener que tomar la decisión pero, en este tiempo, puedo afirmar que elegir a mi verdadero amor fue la mejor decisión de mi vida.

Ciertamente, en nuestras vidas podemos fácilmente identificar a ese gran amor que nos hace sentir que es la razón de nuestro existir. Este puede ser nuestra familia, una persona en especifico, el trabajo, el estudio, nuestra casa, alguna actividad… y tantas otras cosas, este gran amor a veces puede desviarnos e incluso alejarnos de nuestro verdadero amor, que es Aquel que entrego a su unigénito para nuestra salvación. Nuestro verdadero amor es el Dios de amor, nuestro ayudador, nuestro refugio, nuestro Padre amado, a quien le debemos todo. Es importante saber darle su lugar, a veces es necesario dejar a nuestro gran amor de toda la vida para empezar una nueva junto a nuestro verdadero amor que durara hasta la eternidad. Esto no quiere decir que dejaremos de trabajar, de atender a nuestra familia, de estudiar, etc.; a lo que me refiero es que la prioridad y el primer lugar en nuestras vidas debe ser Dios, todo lo demás está por debajo de Él.