Venezuela: país donde la anormalidad forma parte de la cotidianidad al mejor estilo de Hollywood

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Venezuela es uno de los países más ricos del mundo, con una variedad cultural y natural de todo tipo, a pesar de que podría hablar durante horas de las cualidades de este país, dedicare este post para mostrar la realidad de un venezolano común, quien vive su vida cotidiana de una manera totalmente anormal, sin percatarse de ello tal y  como si se hablara de una película. Podrían comparar su realidad con una película  de espías, de acción o suspenso...  ¡Vaya pero que exageración! Dirían ¿Cómo una persona común podría compararse con un espía de una película y con tan complicados escenarios? 

¿Por qué Espías? 

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Un venezolano vive su vida al mejor estilo  hollywoodense, de James Bond, Jason Bourne o tal vez de una forma más cómica la del Súper Agente 86.  Lo cierto es, que el venezolano está alerta a cualquier acontecimiento en su día a día, desde tomar un autobús hasta caminar por una avenida a cualquier hora del día, es tal el nivel de alerta  al que se somete que cuando una persona de mal aspecto se le acerca, el primer pensamientos que corre por su mente mientras traza veloces planes de escape o evasión es: "Me van a robar", pero eso no solo acaba ahí, como el propio espía recurre a medidas de protección como  transportará información súper secreta. 

En este caso ese objeto tan valioso son sus pertenencias, como por arte de magia las mujeres esconden celulares, documentos, tarjetas y dinero en lugares poco usuales.  Los hombres por su parte  tratan de hacer malabares para esconder sus teléfonos en bolsos o en lugares donde no se note; en todo caso sí esto no funciona, lo único que les queda es rogar que no los roben. Lo más insólito es que luego de pasar aquel susto siguen como si nada ocurrió, colocando una sonrisa de oreja a oreja, calmados y agradecidos porque solo fue un susto. Bromean al respecto. Recuperando en el proceso la belleza o esa soltura latina  que caracteriza a  las mujeres venezolanas  que luego de aquel tormento al cual son sometidos  cada día,  sonríen y con su sensual caminar van por la calle como si trataran de seducir a cada transeúnte  y usando una mirada se suspicacia,  tal vez  imitando a James Bond en cada una de sus conquistas. Los hombres por su parte más tarde contarán toda su aventura y como habrían enfrentado al “malandro” intentado impresionar a sus amigos y chica o provocando que su madre le dé un escarmiento por impetuoso. 

¿Suspenso?

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El venezolano común  vive en un constante suspenso literalmente  desde que sale de su casa hasta que llega. Se preguntaran: ¿De qué manera?  Su primer pensamiento antes de salir cada mañana es ¿Será que volveré esta noche? Si va al supermercado, no más al entrar se preguntas: ¿Será que habrá ****? En caso de que corra con la suerte y efectivamente  lo consiga, viene la siguiente pregunta  ¿Cuál será su precio? ¿Será que lo subieron? ¿Cuánto hay en mi cuenta? Si lo compro ¿Estaré descontando para ****?

¡Ah pero si esta pregunta es afirmativa! La mayoría dirá mil palabras y palabrotas para desahogar su frustración, impotencia y quizás  odio. Duras palabras que serán dirigidas usualmente a dos grupos: Sí pertenece a la oposición dice: “M4/**i&% maduro”, “Hijo de %&$” y sí es del chavismo: “Maldi%&% empresarios” y la guerra económica. 

Duras palabras ¿No creen? Pero el culpable varía según la persona a quien le preguntes; en mi parecer son varios pero esa es historia para otro cuento o aliño para otro mondongo.

En la calle se preguntan: ¿Será que van a trancar hoy? ¿Será que el pasaje de las camionetas subió? Y sin olvidar lo más épico… el suspenso y la incertidumbre en que entra un venezolano cuando el presidente de la república dice que hará un anuncio importante;  En ese momento te preguntas: ¿qué hará? ¿Qué c%&%& dirá? ¿Será que dirá algo importante o solo tonterías?  La mayoría de las veces pasa lo segundo pero en el momento que pasa lo primero se te desmorona el mundo y piensas otra vez subirán los precios. Y sin más que decir entras en un estado de suspenso e incertidumbre hasta el día siguiente.

¿Acción?

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Cada día el venezolano común se somete a niveles de adrenalina que ciertamente es poco difícil explicar, esa sensación a la cual diariamente se somete y es parte frecuente de nuestra cotidianidad.

Con esto me refiero a que si un ciudadano común en América Latina escucha disparos ¿Cuál es su primera reacción? Llamar a la policía o buscar refugio ¿No creen? Pues la realidad venezolana es distinta a tal punto de que se creen  John McClane de la película duro de matar y esto se debe a es común escuchar disparos a diario, si usted vive en las zonas populares, mejor conocidas como barrios. Simplemente su reacción será encogerse de hombros y decir “Se escucharon disparos por ahí” pero todo cambia si sucede cerca de ellos en ese momento se vuelven estáticos a ver qué sucede.  Si es un enfrentamiento entre miembros de bandas rivales, llego la OLP  o solo fue un  disparo por fanfarronear. La verdad es  que en estos momentos la mayoría de las personas de estas zonas populares poseen armas y no es un secreto pese a todas las regulaciones y prohibiciones en porte amas.  

El hampa está mejor armada que la propia  policía razón por lo que la adrenalina  se dispara por tu cuerpo al caminar por la calle desierta luego de las 7 de la noche o en estos últimos meses en una zona de protestas. En donde  un momento todo cambiar en cuestión de segundos. Algunos correrán a ponerse a resguardo.  Y otros irán a la línea del frente a enfrentar a la Guardia Nacional y a la Policía Nacional Bolivariana (PNB) con solo un escudo de madera o latón, una máscara, un casco y la bandera de Venezuela para defender aquello por lo que creen y luchan. Una Venezuela donde los sueños y un futuro sean posible y no tengamos que ser espías o héroes de acción  para poder sobrevivir a duras penas. ¡Muchas gracias por leerme! Espero les haya gustado.