Muñeca rota - Parte I

Estuve rebuscando entre mis escritos de hace unos años y me conseguí con este. Por lo largo que es preferí dividirlo en tres partes y así les entrego una parte de mi universo de cuando tenía 19 años, (Sí, esto lo escribí a los 19 años y quedó enterrado en algún lugar de mi pc). Sin más que añadir, los dejo con la primera parte de Muñeca Rota:

Su ojo derecho visto de lejos era tan azul y profundo como el mar, un universo entero se podía ver a través de ellos, con la diferencia de su ojo izquierdo que estaba atravesado por una grieta que asesinaba su belleza por completo. La grieta era producto de una batalla callejera perdida, su dueña la soltó a media carrera y el pisotón fue inminente. Esa cicatriz jamás se borraría.

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En su pelo llevaba un listón que antiguamente era de un azul que con sus ondas simulaba las olas y el vaivén de la humanidad misma. Ya el listón es más bien de un gris tan pesado como el plomo, típico del que ha sido arrojado a las calles. Su vestido del mismo azul anteriormente mencionado en sus años de gloria brillaba victoriosamente en el alfeizar de la ventana de su antigua dueña.

Ahora ella es de todos y de nadie. Su última dueña era muy cruel y la condujo por pasillos llenos de sangre y desolación. Los padres de esa niña habían sido asesinados a puñaladas, era un charco de sangre por paredes y techo incluidos. Los asesinos jamás fueron hallados, por supuesto jamás la policía pensó en la niña misma como una posible sospechosa. “Los humanos son inútiles, se hunden con tanta facilidad en apariencias” pensó ella.

La fina piel de porcelana le daba al mundo un mensaje de cuidado extremo aun y cuando sus ropas reflejaban lo contrario, sólo a los ojos más cuidadosos se revelaba su piel tan hermosa. Sin embargo esa piel con tal grosor de porcelana demostraba una fisionomía fuerte. Tanta fortaleza es de quien ha sido tomado y abandonado tantas veces.

Una mirada microscópica nos permite atravesar su piel dura y resistente hasta llegar a su interior donde latía con fuerza un corazón encarnado, lleno de sentimientos y experiencias hermosas y fatales por igual. La vida viene comprendida de muchas cosas, rechazar lo feo por juicios subjetivos es el mayor acto de estupidez y fealdad que hay.

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Algunos usan su fealdad de bandera y son admirados como grandes personas y otros son hermosos con solo existir pero se conservan en al anonimato. El sol ya se estaba alzando en el horizonte y comenzaba a dar de lleno en el rostro de la muñeca rota, como muchos habían decidido llamarla.

El inmenso mar que tenía en frente empezaba a reflejarse en el brillo de sus ojos, ambos incluso, aún y cuando su ojo izquierdo estaba tan estropeado. La gente pasa la vida buscando un instante mágico mientras la magia está sucediendo a su alrededor y no son capaces de notarlo. Aunque muñeca rota si lo notaba y claramente. Su quietud le había enseñado a poseer esos instantes que se traducen en su interior y forman parte de ese universo que vive en ella. Vive y es.

Su última dueña existía en maldad pura y era alabada por su familia y amigos, que en un acto de generosidad suprema acudieron en cuanto se enteraron del cruel asesinato de sus padres. Hoy en día era una chica hermosa, trabajaba de modelo exhibiendo las mejores piezas de la alta costura. Ella también vive y es. Eso es innegable.

Dos existencias totalmente diferentes que en algún momento se cruzaron para hacer historia. Es increíble ver quién es el títere y su operador.

Dicen que los ojos son el espejo del alma y con muñeca rota se cumplía a cabalidad con este principio. Su ojo izquierdo en ese estado era el claro reflejo de lo que en su corazón ocurría. Estaba roto y dañado, cruelmente pisoteado y rechazado constantemente como si no se tratase de nada importante.

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