Relato él y ella
Él y ella están tan compenetrados que comparten un poco más que las veinticuatro horas que conforman un día, un rato el sol y otro ratito la luna. Ella le ha servido de colchón para las horas de sueño. Ha sido tremenda porque se la pasa escondiéndole algunas veces la comida y los objetos, negándole a él la posibilidad de disfrutar en paz, sí, se comporta como una niña malcriada.
La huele, la sacude y la fuma.
Ella y él tan inseparables, ella se aprovecha de las grietas y del sudor para tatuarse en el cuerpo de él, dándole así una tonalidad bronceada-tierrua que precisamente se acentúa en los pliegues de la juventud.
Se burla, lo cubre y lo desintegra.
Yo los vi en la primera esquina de la Av. 23 de enero desde el bus que circulaba a 20 Km/h. El calor también le daba pesadez al medio de transporte. Yo los vi cuando mi frente dejaba su huella en la ventana del bus macilento. A estas alturas no sé si los dos son verdaderos amigos pero en aquella esquina estaba él, viendo a su alrededor con una sonrisa falsa.
Desde mi realidad lo que percibí es que se hallaba solitario. Mi mente se sintió aturdida, y ahora escribiendo estas líneas me percato de que ese personaje no se presentaba por primera vez en la escenografía de mi vida, sino que él era ajeno de alguna manera a este rincón del país.
Creado 16/04/2016 son las 7:11 pm Calabozo, Guárico, Venezuela
Corregido 11/02/2017 son las 4:36 pm Puerto Ordaz, Edo. Bolívar, Venezuela
Kari Deflores