LO QUE SIGNIFICA SER MINISTRO DEL EVANGELIO EN VENEZUELA
Ser ministro en Venezuela puede ser una experiencia llena de algunas lagrimas, que caen naturalmente en un balde de desanimo; los hermanos se van, emigran y van en busca de una vida mejor en otro lugar, no los juzgo. Pero ¿quién se quedará haciendo la obra? Nuestras congregaciones suelen ser pequeñas, y tenemos cierta necesidad de que las personas jóvenes tomen el revelo, estudien teología, se preparen para el ministerio y se queden en el país a continuar la obra. Pero eso no suele suceder, de hecho, sucede muy poco. Es curioso, porque, yo mismo soy una de esas acepciones (espero mantener mis palabras).
Así que apostamos al evangelismo, tiene que haber algunas personas que, si deseen quedarse en el país, que estén dispuestos a colocar otro ladrillo más en la edificación de la iglesia. Pero incluso las personas que desean quedarse pueden llegar a sentirse obligadas a irse, puesto que las condiciones más básicas de vida pueden ser quitadas en cuestión de días o meses. Así que, debemos depender de forma absoluta de la asombrosa gracia de Dios y de la toda suficiente manifestación de su poder. Por ello la claridad luminosa para nuestro contexto es: quien se quede debe estar dispuesto a entender cuan necesario es sufrir por el nombre de Cristo.
Pero los que se van, también deben glorificar al Señor, y estar dispuestos a sufrir por Él. Tal vez no en la Venezuela socialista, pero si en cualquier lugar entre las naciones. Tengo en cuenta que muchos se van no simplemente huyendo del sufrimiento, sino también del estancamiento, de las pocas esperanzas, de las inseguridades, de un titulo lleno de polvo, de un hijo que necesita algo más que simplemente comida, etc. Lo entiendo, pero no crean que los que nos quedamos no sentimos las mismas presiones. Pero si me voy estaría tomando el barco de Jonás, y sinceramente no me agradaría vivir tres días en las entrañas de un pez.
Tengo un sueño: ver resplandecer una iglesia numérica y fuerte en medio de la tormenta que avecina este país. Y que otros puedan ver que Dios es suficiente, así venezolanos residentes, inmigrantes o extranjeros, alabemos al Señor por su obra.
Imagen: https://pixabay.com