"Entre creyones y sal"

Le gustaba la pintura. Oh Si! a Laura le gustaba mucho la pintura. Se trata una joven tímida con ojos grandes y mirada profunda, tenía tan solo 22 años cuando ya había culminado sus estudios, obteniendo el titulo de administradora de empresa y de esa forma enorgullecer a sus padres… Pero, lo suyo era la pintura, nuestra chica Laura podía pasar horas, largas horas sentada con creyones y un blog, también le encantaba pintar sobre lienzos creando paisajes con tonos asombrosos. Para Laura pintar era soñar despierta, soñar que visitaba lugares mágicos donde la naturaleza era brillante con colores llenos de vida, así que se sentía completa, nada podía hacer que la pintura desapareciera de su vida. Nuestra protagonista vivía sola en un departamento rentado, trabajaba además en un modesto restaurante ejerciendo su profesión, lo que permitía devengar lo necesario para cubrir gastos y vivir cómodamente. Laura de lunes a viernes esperaba impaciente el transcurrir de sus 8 horas de trabajo, veía el reloj contando minutos para regresar a casa y poder dibujar, pintar, casi siempre acompañada de música instrumental, en ocasiones algo de vino, nuestro personaje, ella no exhibía sus pinturas, solía guardarlas para sí. Visitaba a sus padres solo dos (02) horas, los días sábados y en horas de almuerzo para evitar el sermón de siempre, ya que estando académicamente realizada, siendo una mujer independiente y económicamente estable, no tenia pareja, bueno, ¿es bastante obvio no lo creen?. Y es que, Siempre que un chico se acercaba ella se incomodaba, no era buena para tratar con las personas, tenía programada una rutina que de hecho no alteraba nunca. No le gustaba salir de casa, y cuando lo hacía era conforme a su rutina; visitar a sus padres solo por dos (02) horas los sábados. Los días domingo acompañada de su blog a las 4:00 de la tarde iba a la playa a ver el mar y dibujaba con creyones hermosos paisajes marinos, dibujaba lo que imaginaba existía bajo el mar, dibujaba amaneceres, atardeceres y anocheceres, días soleados y también tormentas, todo en la playa, amaba el mar, justo se sentaba sobre la arena y allí se perdía en sus dibujos hasta que al regresar de sus sueños y separar creyones daban las 6:00 de la tarde, hora en la que regresaba a casa, guardaba el blog en su cajón de madera al pie de la cama, se daba una ducha, cenaba algo a las 7:30 de la noche, veía la televisión y a las 8:30 dormía hasta el día siguiente. La linda Laura despertaba a las 5:30 de la mañana, se duchaba, preparaba desayuno y almuerzo, se marchaba al trabajo y a las 8:00, iniciaba su jornada laboral, que les comento, finalizaba a las 4:00 de la tarde, por lo que a las 4:35 ya se encontraba en casa. Como les sigo contando, a las 5:00 de la tarde, comenzaba la diversión y su imaginación se expresaba a través de sus manos en un blog o en lienzo según su antojo diario, una suave sonrisa salía de sus labios al acabar de pintar lo que ocurría justo a las 7:00 de la noche, cenaba algo a las 7:30, veía la televisión y a las 8:30 dormía hasta el día siguiente. Así era ella, así era Laura.