Aún sangran mis entrañas llenas del morbo que me dejaste, aun siento tu olor a almizcle mientras me desgarrabas por dentro, aun siento el dolor de no tenerte cerca y maldigo este amor que dejó desolado mi interior, literalmente.

   Ya se me apagan mis ojos, el frío viento seca mis pestañas y mis labios morados que mordía de placer, ya no los siento, al igual que no siento mis pies que yacen como lejos de mi, encharcados del líquido rojo que cubre tres metros cuadrados a mi alrededor.

   Eres tú monstruo, mitad hombre mitad bestia, mi gran amor mortal, que me dejó aquí desnuda en la nieve después de este nuestro último encuentro carnal.

   Ya siento tus pasos, mi alma se apaga, traes mis vísceras en tu boca, con razon me dejaste tan vacía, te llevas mi corazón y ya te alejas caminando sobre el charco de mi sangre congelada, la cual delata tus huellas hacia mi reemplazo, por eso te digo adiós, hasta siempre mi amor, siempre estaré aquí desnuda para ti, en la nieve.