Centralización vs. descentralización

Tanto la centralización como la descentralización tienen que ver con la forma en que se organiza el poder en una sociedad, son modelos que describen la relación que existe entre los participantes de un sistema. Hablando en términos informáticos, existen dos paradigmas predominantes: cliente-servidor, también llamado amo-esclavo; y, cliente-cliente, también llamado persona-persona o “peer-to-peer” (P2P), estos modelos pueden ser aplicados para entender la relación que existe entre los miembros de un sistema dentro de cualquier ámbito.

Imagen: UMN.edu

Cliente-servidor o amo-esclavo

Se fundamenta en la centralización, en la autoridad como delegada para la toma de decisiones, está organizando jerárquicamente de una manera vertical, prevalece la imposición en la toma de decisiones; para actuar dentro de este sistema se requiere de permisos, son sistemas altamente discriminatorios. Nada nuevo, ¿cierto? La centralización es el paradigma en que las instituciones creadas por los humanos han funcionado desde la aparición de la economía agraria. Una vez que el humano dejó de ser nómada y la densidad poblacional fue incrementándose, se requirió una forma de organizar y escalar los sistemas políticos, religiosos y económicos. Gracias al perfeccionamiento del sistema amo-esclavo, los Estados -junto con los bancos- han logrado controlar absolutamente la economía, estableciendo una tiranía financiera que atenta significativamente en contra de la privacidad de las personas en nombre de la evasión fiscal, lucha contra el terrorismo y el narcotráfico o cualquier otro pretexto creado con el único objetivo de controlar cada vez más al ciudadano.

La centralización luce como una pirámide, es un sistema jerárquico de poder muy eficiente porque permite que un reducido número de personas tomen e impongan las decisiones en nombre de millones de personas. Si cien personas construyen un sistema jerárquico para la toma de decisiones con un consejo de representantes a la cabeza, este consejo no logra tener un poder absoluto; si un loco llega a estar al frente de este consejo, el daño que puede hacer es mínimo, las voces que están en la base de la pirámide aún pueden ser escuchadas. ¿Qué ocurre cuando este sistema escala, cuando la base de la pirámide crece? La persona en la cúspide adquiere un enorme poder, un poder absoluto por sobre millones de personas; si un loco llega a ocupar el puesto de poder, el daño que puede hacer es de grandes proporciones, las voces que están en la base de la pirámide son totalmente ignoradas.

La gran falla de un sistema centralizado es que, a medida que crece, se vuelve más corrupto. El poder en la pirámide se concentra en su ápice, mientras más alta es la pirámide, la concentración de poder es más grande y también lo es la corrupción. ¿Qué clase de personas son las que buscan estas posiciones de poder? Los megalómanos, los narcisistas, los psicópatas, quienes bajo un disfraz de liderazgo eficiente construyen enormes redes de corrupción y abuso de poder que quedan en la impunidad.

Imagen: Decentralized-society.org

Cliente-cliente o persona-persona

En contraste, el paradigma cliente-cliente o persona-persona se basa en la descentralización, carece de una jerarquía estrictamente definida, prevaleciendo la organización horizontal y, lo más importante, las decisiones, en lugar de tomarse por imposición de la autoridad, se toman por consenso entre los participantes; para actuar en este sistema no se requiere de permisos, son sistema no discriminatorios, siempre y cuando, se cumpla con las normas de consenso preestablecidas. La descentralización no es nueva, los humanos han usado sistemas de organización persona-persona desde que la sociedad existe. La descentralización es la forma original de organización.

En un sistema distribuido o centralizado cada persona es igual, no existe un pináculo de poder; no puede instalarse un loco en la cúspide de la pirámide, porque no hay pirámide. El problema de estos sistemas es que no pueden escalar y, al mismo tiempo, seguir tomando decisiones eficientemente. Sin embargo, aquí es donde interviene la tecnología, hoy se puede lograr el escalamiento de estos sistemas y hacer que la toma de decisiones entre millones de participantes sea eficiente. Por ejemplo, en la red de Bitcoin, miles de participantes alrededor del mundo votan cada diez minutos para decidir cuál es la “verdad” o el estado de la red, el mismo que se replica automáticamente en todos los nodos.

¿Cuál es la verdad que prevalece en un sistema piramidal? ¿Qué se debe hacer? Lo que diga el sujeto que está en el ápice de la pirámide. ¿Cuál es la verdad que prevalece en un sistema horizontal o descentralizado? ¿Qué se debe hacer? Lo que digan todos los participantes que han logrado acuerdos a través de un sistema de consenso. La esencia de un sistema descentralizado no es ser más eficiente que uno centralizado, es dar más libertad, autonomía, independencia, empoderamiento a sus usuarios.

Estamos siendo testigos del desarrollo de una nueva forma de organizar la sociedad. Bitcoin nos está dando la oportunidad de cambiar el balance de poder. Bitcoin y blockchain -su tecnología subyacente- están proponiendo un cambio de paradigma: del amo-esclavo al persona-persona. Bitcoin está buscando cambiar la naturaleza de las instituciones sociales, la refundación de los sistemas centralizados y jerárquicos que constantemente han fallado a la sociedad: los Estados y la banca. Por esta razón es que Bitcoin y otros protocolos descentralizados son el terror de quienes están empeñados en mantener, por diversas razones e intereses particulares, el paradigma institucional vigente.

Andreas Antonopoulos, autor y gurú de Bitcoin y blockchain ha manifestado que “Bitcoin es un momento histórico en las ciencias de la computación, pero también en las ciencias sociales, políticas y económicas”. Concuerdo con todas y cada una de estas palabras.

¡Bitcoin va a ganar!

Por Juan Francisco Bolaños
@criptoEstratega

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