Vendavales Latinos.
No necesito de tinta para llevar grabado en mi piel lo que es la protesta, y no son solo heridas físicas o psicológicas en mi, las que me recordaran a diario que soy de Venezuela, que fui un manifestante y que fui derrotado por el gobierno de Nicolas Maduro, terminando exiliado en otra patria.
Son cientos de miles de imágenes grabadas en mi mente, son sensaciones físicas, son secuelas en mi personalidad y es un daño profundo de una herida que se mantiene presente, ''Ni olvido, ni perdón'' frase celebre de un autor que desconozco.
Fotógrafo: Horacio Siciliano
Existe una serie de protestas en el mundo, con características similares, pero para nada casual y no tengo miedo a decirlo. Dirigentes políticos Venezolanos se llenan la boca al decir que lo que ocurre, se va a expandir por toda América Latina; Y se que son pocos los que recordaran las palabras de Jorge Arreaza como Canciller, al expresar que le seria gratificante el ver la respuesta de los gobiernos de Derecha ante protestas de magnitud en sus países, cuando estos países como Argentina, Chile, Colombia, hablaban sobre la represión de Venezuela.
Hace poco más de una Semana comenzaron una serie de protestas en Ecuador, que escalaron a velocidad que ni los habitantes del país lograron entender, y junto a la tradicional protesta de los indígenas en este país se encontró un grupo de desadaptados, entre ellos extranjeros, dedicados a vandalizar, agredir y destruir de forma sistemática. Mientras esto sucedía, los medios se dividían entre aquellos que buscaban informar y entender la protesta, y aquellos medios de Izquierda (Telesur, RT+, Etc) junto con dirigentes políticos, dedicados a desinformar, causar ansiedad y generar matrices de opinión.
A pesar de lo que los medios antes mencionado, Correa y su grupo, entre otros, intentaron hacer parecer al Ecuador como un país con una severa crisis social, no hubo muertos por represión, los heridos ascendieron a 1140 en total (Incluyendo 762 o 66% personas asfixiadas o con raspones, heridas leves)
Y la gente me preguntaba si no me sentía mal por no apoyar las protestas ahora en este país, la verdad sufrí una crisis de emociones, al no ver a un policía que disparaba contra gente pacifica, al ver como no arrastraban a la gente o como no les pegaban con los escudos, ni los embestían con los carros blindados, fue triste entender que en mi país luchaba con una desigualdad que no terminaban de entender otros.
Escudos que aparecieron junto con mascaras, cascos, guantes y herramientas, de la noche a la mañana, dirigentes identificados con el Correismo alentando a una revuelta y personas sin ideal alguno cobrando 20$ diarios por salir a causar desmanes, en un país donde 13$ es el sueldo mínimo diario. Aunque se parezca mucho, les juro que no es igual.
Ahora es Chile la victima de otra revolución o estallido social, y nuevamente son muchos los que intentan hacer la odiosa comparación entre lo ocurrido en Venezuela durante años, a lo ocurrido en sus países durante los últimos días.
Nuevamente Correa, Maduro, Residente (Cantante de Calle 13), Petro, y otros famosos idealistas de la Izquierda levantan su voz y su bandera para hacer viral y criticar todo el accionar de la Derecha; Cuando fue en Venezuela, eramos unos golpistas, cuando fue en Nicaragua eran unos terroristas, cuando fue contra Cristina eran unos pocos y cuando fue contra Macri fue todo el pueblo hambriento, siempre con el discurso de Estados Unidos y su guerra contra los pueblos.
Y aunque al igual que con Ecuador, debo admitir que no estoy de acuerdo con el accionar de los gobiernos de derecha y la forma en como se toman ciertas decisiones, estoy en mayor desacuerdo con aquellos que se permiten caer en el caos y el vandalismo. Yo si tire bastante piedra que impactaron a efectivos de la Policía y Guardia Nacional de Venezuela, yo si tranque mi calle con piedras y alambres, yo si proteste con animosidad durante meses, pero jamás destruí el patrimonio, jamás queme edificios de particulares (Locales comerciales, hogares de civiles), jamás dañé por dañar y siempre fui bastante consciente de lo que hacia, incluso recuerdo aquellos días de Febrero 2014, cuando por Twitter organicé la limpieza de una zona que quedo como zona de guerra.
Jamás queme una estación de Metro de Caracas, aunque sus trabajadores nos entregaban a la policía o nos cerraban las puertas en la cara, jamás permití que vándalos saquearan en nombre de nuestra protesta, y es que a consciencia se puede decir que era dañar a personas ajenas a quienes eran el real enemigo.
¿Quieren quemar a Lenín Moreno? ¿A Santiago Piñera? ¿A Mauricio Macri? ¿A Trump? Háganlo, vayan a la casa de gobierno, y obliguen a escucharles, y si la policía les ataca defiéndanse ¿como no?.
Pero no se permitan quitarle el trabajo a otros, agredir a personas ajenas, desatar su furia sin más, dejarse dominar por otros o pensar que quemando cauchos en la puerta de tu casa vas a generar un cambio real, y lo digo por experiencia.
Un día fue mi país, otro día sera el tuyo. Entiendo que la protesta es un derecho, pero nuestros derechos siempre van a llegar hasta donde se violenta el derecho de otro, resistan y razonen, mis ideales siguen claros y me parece triste como de Chile a Barcelona, de Barcelona a Iran y sin olvidar Hong Kong, son cada vez más las protestas por razones políticas a nivel global.
Que la izquierda nunca vuelva y que la derecha no se aproveche.
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