Elemental Mente, Fuego - Capítulo 1

   Son muchas las ocasiones en las que el agotamiento te embriaga. Ahí estaba yo, agotado tanto física como psicologicamente, en aquella habitación oscura tal cual como me gustan y preparado para esparcir mi peso sobre la cama, intentando encontrar un descanso ante la pesadez que me agobiaba.
Siempre he sido creyente, de que es peligroso irse a dormir mal, pero últimamente no tenia demasiada opción y al estar sobre la cama, comenzaban a llegar a mi pensamientos en forma de un carrusel que no paraba, y así mi mente daba vueltas hasta que me invadía el sueño y no recordaba mucho más.

   Aquella noche nada parecía distinto, comenzaron los pensamientos y con ellos llegaba la tristeza, la ansiedad, los reproches y el juicio, pero ya estaba acostumbrado a tener que lidiar con esto antes de encontrar el sueño profundo. Pero recuerdo que justo cuando mi mente me hacía una metáfora entre la oscuridad de mi habitación y el sentir en mi pecho, una presencia en dicha habitación me sacó totalmente de mi rutina.
Era un hombre de unos 60 años, de mi estatura, con el cabello blanco por la edad, algo despeinado pero gran parte del cabello atado con una coleta en la parte de atrás, a pesar de esto algunos mechones le cubrían parte del rostro. Iba vestido con un largo saco gris, y un pantalón del mismo color, unos zapatos deportivos color vino y una camiseta deportiva de igual color.
No lo conocía y mi instinto me genero una combinación de miedo y una alerta violenta por lo que pudiese ocurrir, pero sin pensarlo demasiado solo atine a preguntar:

- ¿Quien eres? ¿Que haces aquí? ¿Que quieres?

   En uno de los movimientos mas tranquilos, y con la velocidad de una película de Tarantino, saco sus manos de los bolsillos del saco y se llevo su indice a la boca, mostrándome el ya universal gesto para silencio. Esto ocasiono gran cantidad de ira en mi, el miedo a lo desconocido, la presión que ya tenia dentro y el instinto animal que a veces me posee hicieron una reacción química poco favorable y lo consiguiente incluso hoy en día me asusta.

- ¿Como que cállate? Responde, ¿Quien coño eres y que quieres?

A lo que respondió con un:

- Te dije silencio

   Acompañado de un rápido, pero suave movimiento de su palma en mi pecho. Acto seguido al leve contacto caí tendido sobre la cama, en una especie de trance. No podía controlar mi cuerpo, pero le sentía y no podía hablar, aunque quería gritarle un montón de cosas, el no poder hablar es uno de mis mayores miedos y esta persona lo sabia.

- Cálmate, solo quiero conversar contigo.

   Lo miraba con la que estoy seguro era la mirada de horror mas sincera que tuve en mi vida, no lograba entender nada, estaba indefenso en una habitación oscura, vulnerable a una persona cuya palma me había desarmado totalmente y sin saber que pensar.

- Vamos a ver, antes de liberarte voy a dejar claras las reglas de la conversación. Te haré una serie de preguntas, y contestare a medida que me contestes, cuando me sienta cómodo con tus respuestas.

Esbozó una sonrisa y prosiguió:

- Se que eres de pocas palabras, que te cuesta expresarte. Pero hasta que no sueltes todo lo que opinas en relación a mi pregunta, no daré por valida tu respuesta. Luego de eso, contestare a tu pregunta.

Me miró fijamente, alterando mi respiración y dijo:

- No existe el poder de detener el tiempo, pero existe una velocidad en la cual el tiempo va tan lento en relación a lo que conocemos, que el movimiento de atomos y moleculas pareciese detenerse. No existe manera de que no tengamos esta conversación, cualquier señal de violencia, desesperación, descontrol, o agresividad sera castigada y tendras que calmarte antes de proseguir. Son las 09:17pm, de aquí a que el tiempo llegue a las 05:31am de mañana y alguien pueda sacarte de este encuentro, a esta velocidad podrían pasar...

Miro al techo un momento, mientras contaba con sus dedos

- Lo que en tiempo real se sentirían como 23 años, un poco más quizás. Por ende, tenemos demasiado tiempo para hablar. Y tranquilo, puedes extenderte lo que gustes, estaré encantado de escuchar.

   No entendía nada, pero me quedo claro lo que me dijo, incluso me llegó a interesar la manera en la que se expresaba y me pareció una persona con la que podría debatir. Pero la verdad es que tenía miedo y al parecer no me quedaban demasiadas opciones.
Colocó su mano sobre mi pecho, y comencé a respirar con una calma total, se sentó frente a mi en una silla y tuve la dicha de recuperar el control de mi, me acomodé sentado en mi cama, lo mire con algo de timidez y solo dije a baja voz:

- Primera pregunta por favor.

Siguiente capítulo: 29/02/2019

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