Analogías de la vida.

Siempre fui una persona a la que le gusta el orden a ciertos niveles, de esas que entiende su desorden. De hecho es una de esas cualidades que mis padres siempre me alaban; De pequeño claro está, juguetes por aquí y por allá, pero siempre terminaba recogiéndoles y dejándolos en distintos baldes, separando los carros miniatura, de los muñecos de acción, soldados de plástico, pelotas y legos.

Cuando comienzas a crecer y tienes un hermano menor, la vida te cambia, en mi caso tuve una hermana y compartí habitación con ella durante 5 años, esto más que a compartir, me enseño a cuidar mis cosas, dejarlas en orden y en lugares donde no pudiese dañarlas, morderlas o utilizarlas, eran mis cosas y las cuidaba. Ya me había quitado a mis padres así que no tenia intención de ceder mucho más terreno.

Así pasaron los años y cuando cumplí 13, tuve nuevamente una habitación para mi, y desde entonces comenzaron los apodos para mis habitaciones, ''La Cueva'' el más popular de ellos.
Yo pintaba, yo limpiaba, yo recogía y hacia el aseo de mi espacio, nadie entraba a mi habitación sin permiso, aun hoy en día nadie lo hace, e incluso al migrar delimité con una cortina mi espacio y se entendió de primera que seguía firme mi postura ante esto. Los zapatos nunca estuvieron en una posición perfecta, pero siempre estaban juntos para cuando necesitase un par; sí, había ropa tirada pero siempre en un mismo lugar a la espera de que la llevase a lavar, o de que existen Jeans que te colocas 2 y 3 veces, no me digan que no; Nunca me ha gustado tender la cama, pero siempre agrupo Almohadas, cobijas, sabanas y las coloco de un lado. Me compraba mis cosas, hacia manualidades, incluso mis cortinas, cuadros, espejos, mesa, closet, al igual que ahora las hago yo, le dedico tiempo a mi habitación de la misma manera que se lo quiero dedicar a mi hogar cuando le tenga y siempre ha sido así.

Incluso, cuando pensaba en casarme, una de las condiciones que le dije a mi enamorada era que quería una habitación para mi, aparte de la que ya compartiría con ella. Esto porque siento que siempre voy a necesitar ese espacio tan mio, que nadie me pueda invadir...

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Vamos, el titulo dice analogía y aun no llevo la primera, pero lo ultimo que expresé ahí me da la entrada perfecta para decir simplemente:

- Hoy mi habitación, está como mi mente.

Y es que entendí con esta analogía el porque siempre he necesitado mi espacio físico, porque siempre y sin darme cuenta le había estado comparando con mi mente. Y es que desde que recuerdo, mi habitación es el espacio donde entra a quien yo se lo permita, y a su vez es el lugar donde puedo estar solo.

Hoy en mi habitación tengo cosas que para otros son basura y para mi son importantes, tengo cosas que aunque parezcan inútiles a mi me mantienen tranquilo, tengo recuerdos en cada una de las paredes. Tengo cosas que se que tengo, pero no se donde y otras que ni siquiera se porque tengo. Tengo cosas que no quiero tener, pero aun no puedo botar, tengo cosas que solo tengo por su valor sentimental, tengo cosas que al ver me hacen sentir muy mal y otras cosas que me recuerdan lo mucho que me he tenido que esforzar.

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