Hola amigo lector.

En el camino hacia la consecución de nuestras metas y objetivos, muchas personas frecuentemente olvidan algo realmente importante: Lanzarse al vacío.

Pero...

¿Qué significa lanzarnos al vacío?

Es obvio que no me refiero en este post a saltar literalmente al vacío, más bien utilizo la expresión como una metáfora de los riesgos que debemos asumir en el camino al éxito. Es un hecho que para obtener el éxito que anhelamos en la vida debemos arriesgarnos, y "lanzarnos al vacío" significa precisamente eso: Arriesgarnos, lanzarnos a la acción sin tener el 100% de certeza de que todo saldrá como lo esperamos, pero con una honda esperanza apoyada en nuestros conocimientos y esfuerzos de que así será.

Porque nada de lo que vale realmente la pena en la vida es seguro en un 100% y por supuesto, nada de lo que hagamos por alcanzar nuestras metas en la vida tampoco lo es. Lanzarnos al vacío es arrojarnos a lo desconocido, a la posibilidad de que nuestros cálculos puedan acertar o fallar por circunstancias que pueden o no ir más allá de nuestro control.

¿Qué no es lanzarse al vacío?

Ojo, lo expresado en el apartado anterior no significa que se deba ir por la vida siendo irrazonable o irreflexivamente impulsivo, ni es un llamado a la mediocridad o a no prever ni planificar las consecuencias de nuestros actos, lanzarnos al vacío no significa eso, más bien se refiere a que debemos asumir un riesgo calculado en todo lo que hagamos, pero a sabiendas de que siempre existirán factores más allá de nuestra capacidad de previsión.

Hay que entender que (en mayor o menor medida) siempre existirá el factor incertidumbre en todo lo que hagamos, es decir, hay que estar conscientes que -por muy competentes que seamos al prever nuestras acciones en cualquier campo o ámbito- siempre estarán presente factores o circunstancias que alterarán o modificarán nuestros movimientos y acciones sobre la marcha (mas no necesariamente nuestras metas).

Un hecho notable es que...

Si esperamos tener un 100% de certeza absoluta para realizar nuestros planes y acciones (es decir, si esperamos tener la total seguridad de que todas nuestras acciones tendrán el resultado deseado) serán pocas las veces que pasaremos "del dicho al hecho" lo cual hará que alcancemos muchos menos logros que si tuviéramos un poco más de arrojo y aplomo.

Como ya he mencionado, sí, es importante lanzarse a la acción, sí, también es importante conocer los riesgos (para que nuestras acciones estén basadas en un riesgo calculado), pero también es importante saber que no lo podemos prever todo y que sobre la marcha se descubren ciertas cosas que solo se pueden descubrir de tal manera (es decir, sobre la marcha).

Consideraciones adicionales.

Lograr cualquier meta u objetivo que tengamos en la vida requiere planificación, aplomo, disciplina, seriedad, voluntad, medición del riesgo y capacidad de pasar a la acción (entre muchas otras cosas). Bien podríamos decir entonces, que "lanzarse al vacío" no es más que saber medir el riesgo y asumirlo conscientemente a través de la acción concreta.

Lanzarse al vacío es arriesgarse a intentar algo nuevo, ponerse bajos los designios de lo incierto, o de lo que no podemos comprender o controlar de manera total y absoluta, pero que nos puede traer el más grande de los triunfos, tanto como la peor de las derrotas. Implica arriesgarnos a fallar, pero también a acertar, nos hace reconocer que triunfo y derrota son dos caras de la misma moneda y que arriesgarnos o no arriesgarnos es una dicotomía ante la cual siempre nos encontraremos cuando nos lanzamos a algo nuevo, trascendente e importante, es decir, siempre nos encontraremos ante la elección: ¿Lo hago o no lo hago?

Tomar riesgos (de la forma descrita en este post) es una de las cosas que distingue a la gente exitosa de la que no lo es. A algunas personas pudiera darles vértigo la idea de arrojarse a lo incierto.

¿Y a ti?... ¿Te da vértigo lanzarte al vacío?

¡Hasta la próxima!

Artículo escrito por José Quintana.
Autor y redactor del Blog Emprendiendo e Invirtiendo.