Vivir en Venezuela.
Reciban un saludo mis estimados lectores, he comenzado mis actividades de trabajo, y este año han ingresado nuevos alumnos, lo que me ha traído nuevas ocupaciones, gracias a Dios.
Hace días atrás conversaba en el Facebook con un amigo de muchos años, que se encuentra radicado en Londres desde hace más de 20 años, y él me preguntaba con absoluta preocupación y desconcierto como era posible resistir y vivir en la Venezuela actual; yo respondí: -¡No sabría como explicarlo, creo que es una experiencia que tienes que vivir para experimentarla, porque cada quien la lleva a su manera!
Y esa reflexión quedo en mi pensamiento hasta que ví, una serie de los 80’s que la han remasterizado, llevándola a la época actual donde fluye la información y de cierta manera, las curiosidades que hace el personaje principal, pasan desapercibidas, porque con el flujo de información y # Google, todas estas pueden ser posibles. Es probable que ustedes ya tengan en cuenta de quien estoy hablando, ¡si, ese mismo! ¡Macgiver! Aquel que en ese entonces fabricaba usando un bolígrafo, un alambre y una navaja suiza; una bomba con la que pudiese escapar del lugar donde se encontraba en cautiverio, Macgiver no usaba armas, tenía buen humor, y poseía una actitud positiva como pocos.
Es decir, era como un venezolano, sí no fuese porque es un rubio netamente gringo, pensaría que es venezolano, o quizás su escritor hizo uso de una maquina del tiempo, vivió en Venezuela entre el 2008 y el 2018, y luego volvió a su tierra natal de la década ochentona, para hacerse popular con los experimentos de los que hacen los venezolanos en su día a día para salir adelante. Para que tengan una idea más clara, en el caso de la comida, por ejemplo; días atrás una amiga me comentaba que en su trabajo se suscito una discusión en cuanto a la receta de la Fosforera Margariteña, es una sopa que su ingrediente principal son los mariscos, o frutos del mar y también lleva el jugo o puré de tomates, en esta última década, el costo del tomate se incrementa casí que a diario, los venezolanos hemos aprendido hacer uso de la resiliencia, la discusión se formo porque mi amiga con mucha convicción aseguraba que el ingrediente que hacía de la fosforera una sopa, era la Auyama, (Calabaza, Zapallo), y no todos tienen a disposición el poder comprar una lata de tomates pelados, que al momento de escribir estas líneas ya ha superado en su precio al sueldo de todo un mes de trabajo.
Hoy en día si le preguntamos a alguna persona joven como se hace la Arepa en Venezuela, es posible que le responda, que las arepas son de harina de maíz, pero también las hay de yuca, de papa, arepas dulces con papelón, de maíz con arroz, de trigo como la hacen en Los Andes, en fin. Un venezolano es echado pa´lante, como aquí se dice, es atrevido, siempre anda de buen humor, a todo le saca un chiste, y lamentablemente desde cierto punto de vista, tiene una memoria muy corta (gracias a Dios).
Y es así como han salido a la luz un sin fin de emprendedores con proyectos que van de la mano de la palabra “Crisis”, una palabra que se ha convertido en aquella boya que esta en medio del mar, y el nadador de aguas abiertas aprovecha para tomar impulso y seguir con su norte franco hacia la meta (resistir, persistir y nunca desistir en su propia tierra)
Como todo en la vida nada es perfecto, hay un tipo de venezolano que no me gusta mencionar y repudio totalmente, es aquel que se aprovecha, ese que entre nosotros mismos reconocemos y llamamos como el “vivo” el que posee una alta dosis de “viveza criolla” a tal punto que se aprovecha de esa nobleza de sus paisanos y es capaz de vender hasta su alma, por sacar el mayor provecho a la necesidad del prójimo, ojala Dios permita que esa terrible actitud que daña tanto a nuestra sociedad, desaparezca del todo en estos tiempos difíciles por donde estamos pasando en nuestra amada tierra. Yo estoy 100% seguro que pronto muy pronto renacerá nuestro país, y tenganlo presente que seremos una nación de referencia mundial, por sobre aquellos países (sin ánimos de ofender por el contrario, con respeto y admiración) que llegaron a guerras mundiales y subsistieron.