EL ORIGEN DEL SÍNDROME DE DOWN SEGÚN LA CULTURA CHOCOANA.

Es muy curioso indagar a cerca de las creencias que tienen algunas culturas respecto a los niños recién nacidos; por ejemplo, en el Japón se acostumbra entregar a la madre que recién ha dado a luz, y antes que deje el hospital, una caja que contiene el cordón umbilical del pequeño. Esto se hace porque según la creencia, el vínculo madre e hijo será más fuerte. Aquí en Colombia se usa una práctica algo parecida. Cuando nace la criatura, el cordón umbilical se corta y deposita en pequeño frasco con alcohol, con el propósito de proteger al infante de lo que se conoce como el mal de ojo y que se cree, es el daño que alguien puede hacerle a un niño con solo mirarlo. La creencia que quiero compartirles pertenece a los habitantes del departamento de Chocó en Colombia, especialmente a los que están ubicados en la región baja del río Tamaná y donde pude vivir por espacio de dos años.

Tiene que ver con la explicación que ellos dan al porqué un niño termina con síndrome de Down. Para ellos hay ciertos niños recién nacidos, que llegan a este mundo con una extraña luz en los ojos, son como estrellas en los ojos.
Esto indica que el infante nació con una virtud, con un don especial y si alguien al ver esta, hace un comentario en público, el niño podría perder su virtud y quedar con esta discapacidad.
Ocurrió el caso en uno de mis vecinos, una pareja oriunda de esta zona. La joven dio a luz a una niña, pero después de unos meses, la cabeza empezó a crecer de manera anormal. Aunque la llevaron al médico y el diagnóstico fue hidrocefalia, para ellos la verdadera razón de esta situación fue que alguien habló de un aquella luz en los ojos de la recién nacida. A los meses la pequeña murió.
Queda claro que aunque muchas de las creencias de los pueblos y las explicaciones que ellos suelen dar a diferentes fenómenos naturales están muy lejos de las razones científicas, es hermoso explorar y conocer tantas líneas del pensamiento humano en sus diferentes culturas y ver en este hecho, la riqueza que tenemos en este basto mundo de tantos conceptos.