UN BESO EN NAVIDAD | Relato Parte 3/15

in #spanish4 years ago

UN BESO EN NAVIDAD, relato romántico que escribí inspirada en la época navideña y que está disponible en Amazon. Disfrútenlo…

publi 03.jpg

Imágenes tomadas de Pinterest. Portada de mi propiedad

Capítulo 3.

Jessie salió de su casa la mañana del martes con unas enormes ojeras marcadas en los ojos. Fue poco lo que había dormido la noche anterior. Las angustias y el peso que ahogaba su corazón no la dejaron en paz. Volvía a la revista sin haber logrado ningún adelanto en los trabajos que se había llevado a casa, su irritación por saber que su jefe la retaría al encontrarla con las manos vacías aumentaba su mal humor.

Tuvo que soportar toda la noche las llamadas desesperadas de su madre pidiéndole información sobre Marie, exigiéndole además que fuera hasta Maryland, porque necesitaba de consuelo y compañía. Jessie le insistía en que era imposible que viajara en esas fechas, el trabajo se le atrasaba por los problemas y su jefe no la dejaría marchar hasta no ver terminados sus compromisos, pero la mujer no comprendía. Sosegar su dolor era lo único que le importaba y si para eso debía hacer sentir egoísta a su hija, no le importaba.

Su padre también estuvo en comunicación con ella. La felicidad que embargaba al hombre no compaginaba con sus sentimientos o con los de su madre. En Narragansett él estaba viviendo un idilio con su nuevo amor, conociendo una tierra diferente, más acorde con sus verdaderas inclinaciones. Su padre siempre fue un hombre de mar, pero su madre prefería la tierra. Ella era una mujer de estabilidades mientras a él le fascinaban los retos y las aventuras. Jessie no sabía cómo habían podido enamorarse siendo tan dispares y mantener una difícil unión familiar por casi treinta años. En ese tiempo él siempre iba y venía y, aunque su madre sospechaba de amantes, nunca lo expresó para no afectar el sacramento que habían instituido, hasta que no pudo más e hizo erupción de la peor manera.

Ella no podía juzgar a ninguno de los dos. Cada cual tenía sus razones y entre ellos debían solucionar sus problemas, sin incluirla, pretendiendo que actuara como su terapeuta matrimonial. Su madre esperaba que ella convenciera a su padre de abandonar su actitud equivocada y volviera a casa, respetando los votos que se habían prometido hacía muchos años, y su padre ansiaba hacer partícipe a su hija de la felicidad que vivía como si antes no hubiera ocurrido nada, rogándole porque le pidiera a su madre que no siguiera atormentándolo con mensajes llenos de odio y amenaza. Además, ambos esperaban que ella se comunicara con Marie y la hiciera apartarse del mal camino regresando con los suyos. ¿Acaso alguien le había preguntado cómo estaba su día?

Cada uno atravesaba su infierno, sin importarle el de los demás. El nudo que ella tenía en la garganta se hacía cada vez más grueso, cortándole la respiración.

En varias ocasiones se sentó en la mesa de dibujo para intentar realizar algún boceto de los que le pedían en el trabajo. Para el número de enero estaban preparando en la revista un especial centrado en el tema ecológico, aprovechando que aquel era el boom de la temporada, teniendo la responsabilidad de diseñar varias infografías referidas a contenidos específicos, como la promoción del ciclismo urbano que varias empresas turísticas llevaban a cabo, el crecimiento del mercado de ropa ecológica y un top de empresas que hacían buen uso de la energía eléctrica.

Desde hacía varios días Jessie había investigado todo lo necesario para realizar aquella labor. Sintetizó la información, consiguiendo los datos de mayor interés, ahora solo tendría que llevar a cabo su talento como dibujante y elaborar un diseño atractivo que permitiera explicar lo averiguado de una forma amena. No era la primera vez que hacía tal cosa, pero en ese momento de su vida su cerebro no podía ser creativo. Las preocupaciones la agobiaban, así como el cansancio y la falta de sueño.

Atravesó Brooklyn en Metro estando medio dormida, luego tomó el bus que la acercaría a su sitio de trabajo andando con inercia. Había recorrido tantas veces ese mismo camino que a su cuerpo le fue fácil seguirlo mientras su mente divagaba en tiempos pasados, cuando sus días eran tranquilos y estaban libres de problemas. Un tiempo en que su familia hacía el intento por mantenerse unida a pesar de las diferencias, concediéndole la calma suficiente para que ella llevara adelante su carrera universitaria y sus primeros años de trabajo, hasta que tuvo la posibilidad de independizarse y tratar de llevar una existencia propia. Anhelaba aquellas horas de paz, que habitualmente se vivían en épocas diferentes a la Navidad.

Aquella temporada nunca fue de sus favoritas porque siempre fueron días de mucha presión. El ajetreo de las fiestas obligaba a su madre a gastar demás y a exigir más de ellos para cumplir con sus «costumbres navideñas», que incluían compras constantes, renovación del hogar, visitas a familiares y amigos y preparación de cenas con invitados variados. Su madre tomaba muy en serio la idea del «acercamiento» en esas fechas, creando mucha tensión en el pequeño grupo familiar. Eso empujaba a su padre a desaparecer por más tiempo de casa, desconectando todos los medios de comunicación, haciendo enfurecer a su madre, que solía descargar sus frustraciones con sus dos hijas. La menor se las arreglaba para escapar escondiéndose en la casa de alguna amiga. Jessie, en cambio, se quedaba soportando las verdes y las maduras.

Estaba tan cansada de esa situación que comenzó a sentirse deprimida. Luego de su independencia tuvo muchos amigos y algunos novios, pero siempre prefirió la soledad. Jamás halló a alguien con quien sintiera la necesidad de pasar sus días, por eso, no tenía maneras de huir de las exigencias de su familia. Marie se armó de valor y escapó con su novio, sin importarle nada ni nadie. Ella no podía hacerlo porque perdería su empleo, mataría de una angustia a su madre y de tristeza a su padre. Además, ¿a dónde iría? ¿Con quién?

Estaba demasiado cansada como para ir a otro sitio que no fuera su trabajo.

Brooklyn era su sitio seguro, su barco en medio de la marea. Otro escenario la llenaría de inestabilidades y temores, y no creía que pudiera manejar esa situación en ese momento. No era tan arriesgada, pero le era imposible sentir en lo más profundo de su interior ese pequeño fuego rebelde que trataba de encenderse. Un ardor que en ocasiones le llenaba la cabeza de cosas sin sentido, que ella aplacaba con rutina. Un calor que por instantes le recorría las venas, llevándola a cometer pequeñas imprudencias para descargar tensiones.

Fue eso lo que la motivo en plena madrugada a tomar las hojas en las que no podía realizar sus bocetos y armó con ellas unos gorros puntiagudos. Los pintó de colores sin ningún tipo de orden y les pegó unas grandes orejas de burro que creó con unas cartulinas. Llevaba consigo sus infantiles creaciones como si fueran un obsequio muy valioso que había preparado para un ser querido. Su sonrisa pícara la retomó al bajar del bus, sentándose unos minutos en una banca mientras el resto de los usuarios desaparecía por las blancas calles para llegar a sus trabajos.

Al quedar sola, se levantó escuchando a su corazón palpitar con energía. Desde hacía mucho tiempo no se sentía tan viva, entendiendo que la venganza era una emoción poderosa y más relajante que un fin de semana de spa o una fuerte terapia en un psiquiátrico.

Lanzó una mirada a la cafetería ubicada junto a la parada, viendo que nadie miraba hacia el exterior. Los empleados atendían las mesas y los clientes estaban atentos a sus conversaciones, al diario o a sus teléfonos móviles, así que se acercó a la familia de muñecos de nieve que adornaba la entrada y le colocó a cada uno un capirote de papel. Luego pegó un mensaje en el cartel que portaba el muñeco más grande, tapando el de «Vive la Navidad de manera sustentable» por otro que rezaba: «La familia es un castigo. Libérate».

Como si fuera una chiquilla que tocaba el timbre de una casa desconocida, corrió muerta de la risa, descubriendo que ahora sus hombros pesaban un par de kilos menos y que el vacío que se engrandecía en su corazón se llenaba con emociones novedosas.

Sin borrarse la sonrisa del rostro se fue a su trabajo, de mejor ánimo para afrontar los regaños de su jefe. Aquel sería un día muy largo y esa actitud renovada la ayudaría a soportarlo.

divider-2461548_1280.png

¡SÍGUEME! Para que no te pierdas ninguna novedad.

Si quieres saber más sobre las novelas que escribo puedes visitar mis redes sociales o mi tienda en AMAZON.

tienda en kindle.jpg

O simplemente déjame abajo un mensaje preguntándome lo que quieras, que yo con mucho gusto lo responderé. Gracias por tu apoyo. Nos seguiremos leyendo.

cierre post.jpg

Coin Marketplace

STEEM 0.27
TRX 0.11
JST 0.031
BTC 67480.37
ETH 3778.71
USDT 1.00
SBD 3.53