Mi sueño siempre ha sido escribir un libro sobre la historia de un avión de guerra en particular. Y un día como cualquiera decidí poner “manos a la obra”. Cuando llevaba unas 40 páginas escritas, invité a un amigo para que las leyera y me diera su opinión al respecto. En aquel entonces, debido a mi trabajo, escribía una media de tres páginas semanales. Pues bien, mi amigo se puso a leer y cuando ya iba por la pagina siete u ocho, se volteó y me dijo lo siguiente: “tú lo que estas es loco”, con una sonrisa de burla dibujada en su cara. Al ver mi expresión de sorpresa, se limitó a repetir la frase. A mis preguntas de: “Por qué estoy loco?” Y, “ por qué no te gustó?”, sólo respondió: “no, chamo, está muy bueno pero, quien te lo va a publicar?, quien se va a molestar en tomarte en cuenta para publicarlo?”. Mi amigo se fue de mi casa esa noche, dejándome el “sabor amargo” de una “derrota” que, en realidad, no había sido. Después de cenar en silencio, decidí sentarme a escribir. Desde ese jueves, a partir de las nueve de la noche hasta el domingo siguiente, más o menos a la misma hora, escribí un total de ¡20 páginas! Mi sueño, definitivamente, no iba a ser truncado por la opinión mezquina de personajes grises. Ahora tengo 210 páginas escritas, revisadas constantemente por otros amigos que conocen del tema y que me dan sus sugerencias para mejorar lo que se pueda mejorar y cambiar lo que se tenga que cambiar, y me dedico a escribir, al menos, una página por día. Disciplina y constancia son algunos de los hábitos necesarios para cumplir tu sueño. El deseo de ser diferente a los demás, se encargará del resto.