Reflexiones absurdas de una mente olvidada [Calma]

Miedo, temor, incomodidad, desasosiego, una infinidad de sensaciones que pueden describir la rutina a la que como seres humanos aceptamos que forma parte de la normalidad de los días; a tal punto que, sin caos en el entorno, la vida dejaría de tener el sentido que se le ha atribuido.

Hay una línea recta que necesita ser transitada para vivir una vida justa y correcta, llena de éxito, llena de los triunfos materiales y emocionales que compensen la vanidad y satisfacción que representan la existencia misma. No es un ideal tan absurdo pensar que la felicidad se alcanza al llegar a ciertos estigmas impuestos por un grupo de personas, pero no es una felicidad absoluta, más bien, en la mayoría de los casos, el ser humano responde a su naturaleza y conoce la verdadera insatisfacción entre las acciones que lo llevarán a la felicidad idealizada por alguien más.

En el instante que estas líneas son escritas observo el ruido de las calles, las discusiones que se mezclan entre los problemas más triviales de un entorno hogareño, el sonido de mi mascota tratando de drenar la incomodidad a la que se ve sujeta por el ajetreo cotidiano de agentes externos, y alguna voz discutiendo ante la aparente calma a la que me veo sujeto mientras describo aquel par de ideas incoherentes que a mi cabeza vienen; un atentado contra la calma que en mis ojos se refleja ante la constante e irracional rutina de caos cotidiana.

No tengo mucho más que decir; en cualquier momento la pesadez de las almas inconformes con la calma del universo vendrán a someter este pequeño espacio que diseñé para describir brevemente lo que necesitaba redactar. Será esto un hasta pronto entre la inmensidad y eternidad del universo, una breve pausa, un breve respiro, y la suave brisa que aperturará la ventana de la reflexión. Si tuviese que dejar algún mensaje dentro de mi introspección momentanea, simplemente diría:

Buscando los espacios y la calma interior, se puede apaciguar el caos exterior.