Un cuento Chino el valor de la verdad

Fuente: http://seres-fantasticos.blogspot.com.ar/2014/06/ainur.html

Este es un popular cuento chino, hace muchos años en un pueblo de china existía un palacio donde vivía un joven príncipe, una mañana tomo una decisión muy importante en su vida. La de contraer matrimonio.

La noticia pronto se corrió por todo el poblado del reino, todas las jóvenes adineradas de lugar querían convertirse en la princesa del reino, el príncipe tenía un arduo trabajo por delante, las pretendientes eran muchas y una más linda que otra, en su religión solo permitía una sola esposa, por lo que se tenía que decidir por una de las hermosas pretendientes.

Varios días estuvo pensando que cualidades, aptitudes y actitudes debían tener la futura esposa del príncipe, para tomar la mejor decisión y escoger a la mujer ideal.

¿Qué debo escoger? Pensaba el príncipe, será la mujer más bella, la más adinerada o quizás la más inteligente, esta era la cuestión, no se podía equivocar, su elección era para toda la vida, debía tener en claro lo qué quería para poder decidir.

Un día teniendo en claro y disipados sus dudas, hizo llamar a los mensajeros del reino.

Estimados, os he llamado para anunciar mi intención de casamiento, deseo sea informado todos los pueblos y parajes de los dominios de mi padre, las mujeres en condición de casarse y deseen ser mi esposa deberán asistir en siete días en el salón real a primera hora del día.

Los mensajeros acostumbrados a difundir noticias de la realeza, recorrieron todos los pueblos y parajes del reino, sin dejar un solo rincón sin difundir la valiosa noticia.

La semana paso rapidísimo, al llegar el día, miles de jóvenes hermosas vestidas con su mejores atuendos de galas se presentaron a la convocatoria del joven príncipe, esperaron muy tranquilas la aparición del joven en el palco real, cuando apareció las jóvenes saludaron con una reverencia, en silencio escuchaban las palabras del noble.

Hoy es un día muy especial para mí, muchas gracias por acudir a mi encuentro, como bien sabéis estoy en busca de la mujer ideal para nuestra unión en matrimonio, voy a entregar a cada una de ustedes una semilla para que la planten y en la mitad del año las convocare y traerán las plantas que salieran de las semillas, la que traiga la flor más hermosa será mi princesa.

Entre todas las concurrentes y rodeadas de finas y hermosas mujeres, estaba una hermosa chica, hija de una humilde cocinera del palacio real.

Una hermosa joven de largos cabellos dorados y de finísima figura, pero su atuendo delataba que se trataba de una chica humilde, sin embargo muy trabajadora, se pasaba todo el día en la cocina con su querida madre, una joven de gran corazón, a pesar de ser humilde y pobre acepto la semilla que envió el príncipe, la planto con mucho cariño en una pequeña maceta de adobe, desde niña estaba enamorada del joven príncipe, pero tenía bien en claro que por su posición eso nunca iba a suceder.

Durante los seis meses del año regó y cuido la maceta, puso fertilizante en la tierra, regaba a diario, cuido de las bajas temperaturas, protegió del intenso sol, pero aun así nada creció de la semilla plantada, ni siquiera con su dulces canciones logro que creciera una bella flor.

Cuando llego la convocatoria del príncipe, miles de hermosas mujeres concurrieron al jardín real, cada una llevaba una flor más linda que la otra.

El príncipe se presentó en el jardín y organizo una larga fila de mujeres con sus bellas flores y de a una fue controlando cada maceta, se encontró con las flores más bellas del planeta, de todos los colores, variedades y aromas.

De a una fueron pasando las hermosas mujeres, pareciera que ninguna flor llamaba su atención, hasta que toco el turno de la humilde muchacha, la podre no había conseguido ninguna flor, muy apenada y con mucha vergüenza solo miraba al piso.

¿Qué ha sucedido con tu flor? Pregunto el príncipe, ¿tú no te presentas como el resto de las jóvenes con una bella flor?

¡Mi señor la verdad no sé qué decir! Plante con tanto amor la semilla que me concedió, la cuide durante estos seis meses, invertí dinero que no tengo en fertilizantes, cante con cariño pero no logre que la semilla germinara, por favor señor os ruego me disculpe, dijo muy apenada la humilde muchacha.

El príncipe sonrió, seco sus lágrimas con su pañuelo, la tomo de la mano y le dijo.

No te pongas mal, descuida tú serás mi princesa. Dijo el joven príncipe.

Las demás jóvenes se quedaron heladas, indignadas comentaban entre sí, ¡pero cómo será su esposa! si fue la única mujer que no ha traído una flor, además de ser una humilde muchacha que nada tiene que hacer al lado nuestro, decían despectivamente las bellas mujeres.

El príncipe tomo de la mano a su futura princesa y la llevo consigo al palco real, dese allí se dirigió a las intrigadas mujeres, que esperaban una explicación.

Hace mucho tiempo estoy analizando sobre que cualidad debe tener la mujer que me va acompañar por el resto de mi vida, y me he dado cuenta que es la sinceridad, ella ha sido muy honesta y la única que no trato de engañar.

Un fuerte murmullo se escuchó en las demás jóvenes, hacían gestos de no entender lo que decía el príncipe.


Fuente: http://spanish.china.org.cn/culture/txt/2012-08/24/content_26328324.htm

A todas he dado semillas estériles, estaba totalmente seguro que de ninguna semilla brotaría alguna flor, la única que no ha mentido y tuvo el valor de decir la verdad fue esta bella mujer, estoy muy feliz de haber encontrado a mi futura princesa.

Así fue como el príncipe chino encontró a la mujer que vivirá con él por el resto de su vida y la humilde muchacha a través de la verdad se casó con el príncipe que había soñado toda su vida.

Fuente: http://www.mundoprimaria.com/cuentos-populares/el-valor-de-la-verdad/

Te espero mañana para disfrutar de otro relato de mi tierra Corrientes.

José Luis Fernández
Corrientes Argentina

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