Madera de mi tierra el timbo

Fuente: http://arbolesdelchaco.blogspot.com.ar/2012/09/timbo-colorado-oreja-de-negro.html

Esta es una hermosa historia de amor de un padre con su hermosa hija, enseñanzas y moralejas que fueron dejando a su paso mis ancestros, para protegernos y guiarnos por el buen camino.
Los guaraníes se asentaron en la selva a la vera del rio Paraná, en una Majestuosa aldea vivía el cacique Saguaá junto a su hermosa hija Tacuareé, los jóvenes indígenas comparaban su hermosura con la flor de orquídeas.
Saguaá y Tacuareé tenían un gran amor entre ellos, se amaban como un padre ama a su hija, más que amor una devoción por su hermosa Tacuareé, quizás la sobreprotegía, esto se debía a que Saguaá fue padre ya siendo grande y por ese entonces ya estaba un poco viejito.
El cacique tenía en mente entregar la mano de su hija a un valiente cazador de la aldea, para que formara una familia y disfrutar de sus nietos.
El Dios de los Guaraníes Tupã Tenondete, tenía un capricho, quería cruzar el camino de la bella dama con otro cazador y preparo el momento propicio para sus encuentros.
La hermosa flor Tacuareé, paseaba por la espesura, recogiendo flores y frutos silvestres para compartir con su padre el cacique Saguaá, tal como lo defino el Tupa su camino se cruzó con el joven apuesto cazador, un indígena de un aldea muy lejana en busca del sustento alimenticio para sus padres, guiado por el Tupã Tenondete llego hasta estas selvas remotas, conoció a la hermosa doncella y ambos se enamoraron en el mismo instante, el Dios guaraní envió un trueno ensordecedor, para celebrar el encuentro de estos bellos jóvenes.

Tacuareé presento al apuesto joven a su padre Saguaá, aquel al escuchar la noticia intento oponerse, aunque sabía que tenía que respetar la decisión de su hija, una noticia que nunca pensó que recibiría, se preocupó más aún, cuando supo las intenciones del joven, llevar consigo a la hermosas Tacuareé, sus sueños de ver crecer a sus nietos se disipaban, las distancias que separaban ambas aldeas se lo impediría.
La joven pareja emprendió viaje rumbo a la remota aldea, Saguaá sabía que no volvería a ver a su hija por mucho tiempo, pero se consolaba al ver a su hija muy feliz.
Los días fueron pasando, se hicieron meses, extrañaba la hermosa voz y su particular sonrisas de la bella niña, solo se animaba diciendo, Tacuareé debe estar feliz con su amado, pero los días continuaban pasando si saber de su hija.
La calma abandono a Saguaá se sentía solo y preocupado, una noche en medio de un sueño no vio bien a su hija, se despertó angustiado con un fuerte dolor en el pecho, sabía que algo andaba mal, no era normal que su hija no viniese a verlo, por el amor que se tenían, eran inseparables, estos recuerdos motivo al cacique a dejar su aldea y partir en busca de su hija.
Preparo una bolsa de lona, cargo alimento y partió en rumbo desconocido, viajo con la esperanza de encontrar la remota aldea.
Emprendió viaje por un camino largo, camino días enteros, el alimento se había acabado, comenzó a alimentarse con lo que proveída la naturaleza, con mucho esfuerzo llego a la aldea, pero esta estaba destruida, con signos de violencias, como de ser atacada por aldeas enemigas.

Saguaá utilizo sus instinto y conocimiento, recorrió detenidamente la aldea buscando algún indicio de vida, o algo que indique sobrevivientes del salvaje ataque, pudo ver una huellas que indicaban sobrevivientes de la aldea y en la dirección que se dirigían.
Las huellas le llevaron monte adentro, donde nadie se atrevía a caminar, salvo forajidos malvivientes queriendo ocultar su identidad, la comida se había agotado pero la madre naturaleza algo siempre ponía en su camino para su bienestar.
Saguaá por varios días siguió las huellas, llego hasta un lugar donde se desaparecían, de aquí en mas ya no había caminos, tenía que caminar sobre las hierbas, esto dificultaba la búsqueda, a su paso se agachaba y pegaba un oreja al suelo, queriendo escuchar algo que indicara el camino para llegar hasta la hermosa Tacuareé.
Siguió buscando a su amada hija, cada tanto se agachaba para ver si escuchaba algo, pegaba su oreja al suelo, fue repitiendo esta operación de tanto en tanto, los días continuaban con su camino, avanzaba como avanzaba el poderoso padre en busca de su hija.

Fuente: http://www.identidad-cultural.com.ar/leernota.php?cn=1345

Paso bastante tiempo y el cacique no regresaba a su aldea, se formó un contingente de indígenas y marcharon en su búsqueda, después de mucho caminar, encontraron al cacique muerto, estaba agachado con la oreja pegada al piso.
Grande fue el asombro en los indígenas guaraníes, algo mágico había sucedido, las orejas del cacique había echado raíces y estaba creciendo una planta, una nueva planta, no existente hasta el momento.
Esta planta creció rápidamente se formó en un árbol grande, de muchas ramas y una copa enorme, muy sombría, con frutos que parecían orejas, el Dios de los Guaraníes Tupã Tenondete premio su amor por su hija, permitió continuar viviendo en la tierra en forma de un frondoso árbol.

Fuente: http://www.todouruguay.net/oreja-de-negro/

Los guaraníes llamaron a este hermoso árbol timbo o Camba Nambí, por los frutos en forma de orejas. (Camba significa morocho y Nambí orejas)

El timbo es un árbol grande, puede alcanzar los 30 m de altura, la copa es ancha y de forma redonda al igual a una sombrilla. Florece junto con la primavera, tiene un fruto en forma de oreja, se puede encontrar estas especies en Brasil, Uruguay, Bolivia, Argentina, el suelo debe ser húmedo, prefiere estar expuesto al sol, es una madera blanda, muy resistente al agua, se utiliza para realizar aberturas, carpintería de obra, canoas, esculturas, los indígenas utilizaban su fruto y corteza como jabón por su contenido en saponinas, también se usan en las curtiembres de cuero por su contenido de taninos.

Fuente: https://www.helloforos.com/t/leyenda-tradicional-popular-del-arbol-de-timbo-que-simboliza-el-amor-paternal/63770

Esta es la en enseñanzas de nuestros ancestros, a los padres que debéis perder hasta la vida para proteger el amor de un hijo, cada vez que veas un planta de timbo recuerda el amor que unía a Saguaá y Tacuareé la hermosa flor de orquídeas.

Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Enterolobium_contortisiliquum
Fuente: http://www.identidad-cultural.com.ar/leernota.php?cn=1345

Te espero mañana para disfrutar de otro relato de mi tierra Corrientes.

José Luis Fernández
Corrientes Argentina

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