Leyenda Uruguaya el Chupa choclos

fuente: http://www.taringa.net/post/paranormal/17643212/TOP-las-5-leyendas-venezolanas-que-dejaron-la-piel-de-gallin.html

Esta es una leyenda de la republica del Uruguay, un hombre mayor que vive en todas partes y no pertenece a ningún lugar, una persona sin hogar, al que no se lo podía contactar en ningún domicilio fijo, vive y duerme donde cae la noche, tenía una fuerte debilidad por el consumo de choclo.

Este hombre recorría las plantaciones de maíz para robar los choclos, juntaba una buena cantidad los colocaba en una bolsa de arpillera que llevaba colgado en sus hombros.

Un hombre muy astuto y precavido, para no ser visto por los cuidadores del campo, salía a robar en las noches oscuras sin luna, estos hechos delictivos eran muy conocido en la zona y en poco tiempo todo el mundo sabía de la existencia del roba choclos.

Una mañana llego La noticia al pueblo, el roba choclo merodeaba el lugar, un estanciero muy mezquino decidió dar batalla al roba choclos, preparo a su peonada a cuidar la plantación por las noches en compañía de los perros, al caer la noche oscura sabían que el ladrón se haría presente, los peones y el dueño de la estancia se escondieron dentro del maizal.


Fuente: http://jchoquehuayta.blogspot.com.ar/2010/09/la-semilla-de-maiz.html

El gaucho aprovecho la mitad de la noche sin luna, entro muy confiado en la plantación, caminaba sigilosamente entre los surcos del maíz, paro en la mitad del maizal y comenzó a cargar su bolsa con los choclos, eligió las mejores frutas, en eso fue sorprendido por el dueño de la estancia.

¡Alto o disparo! Dijo el estanciero

Al escuchar el grito el roba choclos salió a correr.

¡Suelten a los perros! Volvió a gritar el estanciero

Al escuchar la orden de que soltaran a los perros, el delincuente corrió con más intensidad.

El gaucho miraba para atrás y veía las luces de los faroles de la peonada, venían detrás de sus rastros, los perros embravecidos lo buscaban con desesperación, el roba choclos corría con su pesada bolsa arpillera al hombro.

Su habilidad de andar en la oscuridad dio la ventaja y pudo escapar por el camino de la estancia en dirección al rio, los perros encontraron el rastro y corrían tras él.

Al llegar a la vera del rio, de donde salía un viento fuerte y frio, los perros y la peonada lo cercaron, al verse acorralado no dudo en arrojarse al peligroso caudal de las aguas del rio.

Las correntadas de las aguas eran muy fuertes, el gaucho enviciado con el maíz no soltó la pesada bolsa arpillera de choclos, faltando poco para llegar a la otra orilla se perdió entre las aguas del peligroso rio.

Desde ese entonces su alma en pena merodea los maizales, al llegar la luna nueva visita las plantaciones de maíz, dejando claro rastros de su visita, se pueden encontrar diversos marlos de maíz a medio comer todo salivado de un líquido espeso y viscosos, al seguir los rastros se puede comprobar que las huellas siempre terminan en la costa del rio.

Los que pudieron verlo aseguran que se trata de un gaucho viejo, con sus ropas rasgadas, gastadas, mojadas o húmedas, tiene un brillo de luz que rodea su cuerpo, un par de ojos verdes brillante sobresalen en la oscuridad de la noche oscura, pose un fuerte olor a pasto o musgo mojado.


Fuente: http://infinitaspalabrasmisteriosas.blogspot.com.ar/2013/11/la-historia-verdadera-del-ropavejero-u.html

Todos los años al llegar la luna nueva hace su aparición en los campos de maíz, un año paso algo diferente, unos niños desaparecieron en cercanía de las plantaciones de maíz, los vecino atribuyeron a un ataque del roba choclos.

Desde ese entonces los campesinos debieron realizar diversos métodos de protección para sus hijos y cosechas.

Unos de los métodos de prevención fue, no freír nada en aceite de maíz, porque el fuerte olor que emana la fritura tienta al alma de roba choclos acercarse a la plantación, otro método es poner palomares alrededor del maizal, se estima que el espíritu del gaucho tiene miedo a las palomas.

Hoy perdura la tradición, como protección familiar ofrecen al alma en pena un plato de choclo bañados en miel, dejando en la puerta de entrada de cada casa, otra tradición es colocar en el marco de la puerta un trenzado con barbas de choclos atada en el centro con una cinta roja de cada hogar.

Los padres a modo de protección a sus hijos colocan varios granos de maíz en sus bolsillos, si por casualidad sus niños hacen contacto con el roba choclos, negocia su libertad a cambio de los granos.

Todas las pérdidas de los niños se lo atribuyen al roba choclos, los niños que deambulan solos a la vera de los maizales son atrapados por el alma del roba choclos y llevados dentro de la bolsa arpillera.

Común mente se lo llama el chupa choclos, por los rastros que deja en las plantaciones, los marlos a medio comer empapados de babas viscosas.

En la ciudad lejos de las plantaciones de maíz se lo llama de otra manera. El Chucho o El chucho de frio, porque la presencia del alma en pena del chupa choclos lo delata un escalofrió que sienten las personas al acercarse, al sentir esta sensación la gente grita fuertemente ¡el chupa choclos! Otros gritan ¡el chucho!, repetidos varias veces para advertir a la población.

Fuente: https://realacademiadecienciasdeluruguay.wordpress.com/chupachoclos/



Te espero mañana para disfrutar de otro relato de mi tierra Corrientes.

José Luis Fernández
Corrientes Argentina

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