Leyenda Guaraní El nacimiento del Mburucuyá

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El mburucuyá es una Planta del noreste Argentino, crece como una enredadera por los cercos de las casas y en el monte sobre las ramas de otras plantas, tiene una fruta muy parecida a un huevo de color naranja y una hermosa flor muy particular.

Las creencias populares asemejan a la flor con la corona de Jesús que llevaba en su cabeza, los clavos que fue fijado en la cruz, las llagas de su cuerpo y las cuerdas de su prisión, el fruto por dentro guarda unas semillas rojas, los creyentes los asemejan con las gotitas de sangre que fluyeron de la heridas del cuerpo de Jesús.

Esta es la razón porque existen dos leyendas, una referida al fruto y la otra a la flor del mburucuya.

En la tierra sin mal de los guaraníes, muy cerca del rio Paraná se establecieron los indígenas guaraníes, muy cerca del lugar se afincaron los monjes jesuitas con la intención de enseñar a los indígenas la palabra de Jesús. Ambas aldeas estaban separadas por una densa selva.

Todos los días los sacerdotes jesuitas cruzaban la selva para catolizar a los indígenas a través de la palabra divina.

Cierto día un monje cruzaba la selva, en eso escucho unos lamentos entre los juncos, al asomarse pudo ver a una niña muerta de miedo escondida detrás de unas ramas de un árbol, siendo perseguida por un gran yaguareté logro escapar y esconderse en ese lugar. El monje jesuita se acercó al lugar atrayendo la atención del peligroso yaguareté, una vez que consiguió que el yaguareté lo persiguiera, grito a la niña que saliera de su encierro y huyera hacia la aldea.

El yaguareté comenzó a seguir al monje, con manotazos y zarpazos de sus garras arranco la vida del jesuita, cayendo tirado en el suelo de la selva, tiñendo de rojo sangre el lugar, en el mismo lugar al poco tiempo creció una planta antes nunca vista, el mburucuyá o pasionaria cuya fruta recuerda al mundo, el verdadero valor de sufrir por los demás.


Fuente: http://www.radiopasionaria.com.ar/inicio/menuItem/4

La leyenda que caracteriza a la Flor del mburucuyá es una niña forastera del lugar.

Con la llegada de colonización de los españoles a la tierra de las siete Corrientes, llego una hermosa niña con su padre, hija de un capitán español.

La hermosa niña blanca de cabellos dorados capto las miradas de toda la aldea guaraní, pero principalmente la de un joven apuesto indígena, quien fue que en su lengua guaraní llamo a la hermosa niña como mburucuyá.

Al poco tiempo estos jóvenes ya estaban enamorados, todas las tardes se encontraban a escondidas en los claro de la selva, la joven conocía muy bien a su padre, esta unión jamás sería aceptada por el capitán español, nunca hubiese aceptado que su bella hija se case con un indígena Guaraní.

El padre escogió para esposo de la joven a un capitán que la amaba mucho, pero que ella odiaba con toda su alma, cuando su padre informo de su decisión ella se opuso rotundamente por su falta de amor, además su corazón ya tenía dueño, esto enojaba mucho a su padre el capitán.

El padre al saber de su amorío puso vigilancia a la bella joven, esto hacia que la pareja de enamorados se vean cada vez menos, ella no podía salir de noche le resultaba imposible eludir su vigilancia, para acompañarla el joven indígena oculto en la sombras de la selva tocaba una música originaria con su flauta de tacuara, todas las noches hacia compañía con su melancólica música, una noche no hubo sonido de flauta y a la siguiente noche tampoco, la bella joven que conocía de los peligros de la selva atribuyo que estaría herido por las garras de un yaguareté.

Los días pasaban el joven indio no parecía, esto no era muy común en él, ella presentía que algo grave había sucedido, la angustia gano su corazón, se puso muy triste y de mirada perdida, sus ojos tapadas por las ojeras delataban que hacía días no dormía, esperando escuchar los sonidos de la flauta de su amado, pero ese sonido jamás llegaba, sola, en compañía de su angustia pasaba sus días esperando la señal del amado.
Una tarde con la mirada perdida en dirección de la selva, vio salir de los matorrales a una viejita india, que resultó ser la madre del joven, traía terrible noticias, su amado había sido asesinado por órdenes de su padre, la viejita al dar la noticia desapareció por el mismo camino que vino.

La joven Mburukujá fue tras la viejita, pidió que llevara a campo santo donde estaban los restos del cuerpo de su amado, los restos de su amado permanecía en las tumbas aéreas envuelto con pieles, como son las costumbres indígenas.

Al ver esto ella misma cabo un gran hoyo en la tierra, bajo el cuerpo de su amado lo deposito en la fosa, tomo la flecha que su amado joven la había regalado como una ofrenda de amor, con la misma flecha se clavó en su corazón cayendo muerta junto a su amado.

A pedido de la bella joven la viejita indígena cubrió los cuerpos con tierras, dando sepultura a los dos cuerpos de los enamorados, desde ese día y todos los días siguientes la viejita visitaba la tumba de los enamorados, así fue como un día vio con asombro de la sepultura de los jóvenes crecía una plantita que ella con sus muchos años nunca había visto.


Fuente: https://www.flickr.com/photos/briandg/5102496986

Así recibió su nombre la planta que creció de murucuyá, los habitantes al ver la hermosa flor atribuyeron a la aprobación del Tupa por el sacrifico de la hermosa joven.

Fuente: http://visitemosmisiones.com/noticias/recomendaciones/leyendas/mburucuya/

Te espero mañana para disfrutar de otro relato de mi tierra Corrientes.

José Luis Fernández
Corrientes Argentina


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