Jahé pájaro constructor el hornero

Fuente: http://www.artelista.com/obra/8829619572375326-misioneraoriundadelaprovinciademisionesargentina.html

En la tierra sin mal de los guaraníes, a la vera del rio Paraná se estableció una aldea de indígenas Guaraníes, en él vivía un joven llamado Jahé, muy compañero del cacique un anciano de la aldea.
Este joven era un excelente cazador, principal abastecedor de carnes de la aldea, si bien existían otros cazadores pero Jahé era el que más cazaba.
Jahé además de ser un gran cazador era muy compañero del anciano cacique de la tribu, pasaban el día junto, al anciano le encantaba la selva, todos los días junto al joven salían a recorrer los caminos estrechos de tierra colorada de la imponente selva Misionera, recorrían observando las bellezas que aportaba la espesura, las plantas, las flores y los animales del bosque, conocían cada rincón de la selva, este era el principal motivo del éxito de cacería de Jahé, al conocer los secretos de la selva sabia donde encontrar a los animales para su exitosa cacería.
El joven era muy aventurero, salía muy temprano a cazar, antes de que saliera el sol ya estaba en medio de la selva persiguiendo al alimento del día, este joven sabia respetar los recursos naturales solo cazaba para comer, la caza de animales era solo una excusa para salir a recorrer la espesura.
Cuando no estaba cazando aprovechaba para in a los riachos a nadar, siempre en compañía del anciano, así fue como conoció el adobe, un barro que se hallaba a la vera del rio.
Sus moradas eran solo techo de pajas no tenían paredes, lo que hacía una casa muy fría en las épocas invernales.
Jahé muy ingenioso comenzó a llevar este barro a la aldea, colocando palos cruzados y revistiendo con barro consiguió crear las paredes de adobe, haciendo una casa más confortable en los días de invierno.
El brillante joven vivía una vida muy feliz en compañía del anciano, la gente de la aldea lo querían mucho, su bondad y su preocupación por el bienestar de la aldea compro el cariño de todos los habitantes del poblado.
Sus días se pasaba entre casería y paseos con el anciano, no tenía ni la menor idea que esta estaba a punto de cambiar su vida.
Como todas las mañanas el joven Jahé salió a cazar, a la vera del rio vio un capibara o carpincho, con sus flechas acertó al animal con tanta mala suerte que el carpincho alcanzo el rio y se hundió en las aguas.
Jahé no tenía nada que perder, ni nadie que lo apure, se sentó al borde de las aguas del rio a esperar que el animal salga a tomar aire, estaba muy cansado y se quedo dormido.
Muy cansado durmió un largo rato, entre sueño escucho un ruido en el agua, despertó rápidamente creyendo que sería el carpincho, pero se quedó duro de la sorpresa, no podía creer lo que veían sus ojos… santa madre selva! Fue lo que pronuncio Jahé, atónito, rápidamente se escondió detrás de unos arbustos para no ser visto por la bella mujer que nadaba como vino al mundo en las aguas del Paraná.


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Una hermosa mujer de figuras angelical, cuerpo perfecto de piel morena, hermosas formas como figura de guitara, el instrumento mejor formado que hayan visto su ojos, la muchacha termino su baño matinal y salió corriendo de las aguas entrando en los caminos de la selva.
El joven Jahé sigiloso como cazador que sigue a su presa fue detrás de la hermosa joven, vio como vestía a medida que se internaba en la selva, los ojos del joven cazador nunca antes se habían dilatado tanto, para no perder detalle de la hermosa mujer.
Jahé la siguió por toda la selva sin ser visto, la muchacha pertenecía a una aldea vecina, el joven cazador supo donde vivía la hermosa muchacha, Jahé no solo conoció a la joven, también conoció el amor a primera vista.
Jahé en compañía del cacique anciano se presentaron en la aldea vecina, la muchacha resulto ser la hija del más temido cacique de la región, ante la presencia del cacique Jahé profeso su admiración por la joven indiecita, pero el joven cazador no era su único pretendiente.
La hermosa joven tenía muchos pretendientes, el padre de la niña como buen cacique decidió realizar algunas proezas y el vencedor seria el que desposaría a la bella muchacha.
Varios jóvenes incluyendo Aguara y Jahé se presentaron el día indicado para realizar el concurso, sabiendo que el ganador tendría el corazón de la muchacha, el máximo contrincante de Jahé era Aguara, si podía vencerlo sería el dichoso ganador del bien más preciado de las selva.
Todos los participantes tenían que superar una prueba, debían vestir con cuero fresco de animal y expuesto a la luz del sol, los rayos del sol encoge las pieles frescas ejerciendo mucha presión, mucho de los jóvenes pretendientes no aguantaban la presión del cuero y abandonaban la prueba, solo quedaron Aguara y Jahé.
Estos valientes jóvenes aguantaron por horas la presión, hasta que un momento Aguara decidió desistir la prueba, pidiendo por favor que quiten el cuero, hacía demasiada presión sobre su cuerpo, todos corrieron en su auxilio y olvidaron de asistir a Jahé.
Cuando el alboroto paso, fueron en busca del joven ganador, miraron hacia todos lados no podían encontrar al ganador, en el medio de la limpiada sobre el suelo de tierra estaba tirada la ropa de cuero que uso Jahé.
Todos se miraban entre sí, no comprendían lo que había sucedido, se acercaron lentamente al ropaje y de su interior salió volando un pequeño pájaro que se posó sobre las ramas de un árbol.


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El tupa, Dios de los guaraníes al ver cómo murió el joven sufriendo por amor, lo convirtió en pájaro permitiéndole vivir en la tierra para siempre, la hermosa indiecita al ver el amor verdadero que sentía por ella Jahé, pidió al tupa lo convirtiera en pájaro para vivir unidos en el amor.

Si prestas atención a estos pájaros veras que siempre están de a dos, son Jahé y la hermosa indiecita, que viven felices para siempre.

El joven Jahé aprendió a construir casas de abobe en su juventud, esta es la razón porque es el único pájaro que construye su nido de ramitas y barro, estas enseñanzas compartieron con sus descendiente.
Por estas enseñanzas es que tenemos el privilegio de ver pájaros constructores en nuestros días, el inteligente Pájaro hornero.


Fuente: http://linde5-otroenfoque.blogspot.com.ar/2010/04/el-hornero-un-pajaro-que-junto-su.html

Fuente: http://www.identidad-cultural.com.ar/leernota.php?cn=26

Te espero mañana para disfrutar de otro relato de mi tierra Corrientes.

José Luis Fernández
Corrientes Argentina

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