Don Jacinto y la leyenda del Caa Pora

Fuente: http://rescatando-mi-cultura-guaran.blogspot.com.ar/2015/09/leyenda-kaa-jaryi.html

Esta es una adaptación de la leyenda del Caa Pora
Hace mucho tiempo en la provincia de Corrientes, en los parajes de la encrucijada perteneciente a la ciudad de Empedrado había una pulpería donde se reunían el gauchaje.

Esta pulpería era muy popular por la presencia de un anciano que concurría a diario a beber caña, el hombre era una persona que vivía sola y mataba su aburrimiento en el establecimiento.

El viejo Jacinto era muy popular por ser un gran narrador de leyendas, los gauchos de la zona se acercaban hasta la pulpería para beber y escuchar las anécdotas de Jacinto.

Cierto día el anciano contó una leyenda de su pago la encrucijada, en un lugar inhóspito cerca de los esteros que lindaban el campo de su padre se estableció un gaucho llamado el mono Montiel. Este era un hombre muy trabajador, trabajaba muchas horas al día, comenzaba antes de que saliera el sol y terminaba cuando el sol se estaba oponiendo, se alimentaba de animales que cazaba en el monte, un buen cazador, su éxito se debía a su gran conocimiento del bosque y sus perros rastreadores que el mismo Montiel había entrenado.

Este gaucho era empleado de su padre, trabajaba desmalezando los montes para preparar el terreno para sembrar.

Como les dije este hombre era muy bueno y trabajador, pero……! tenía tres debilidades! Que por supuesto la sabia llevar muy bien, decía don Jacinto, haciendo una pausa para beber un sorbo de caña, tomaba su vaso y hacia fondo blanco, cagaba otro medio vaso y se lo volvía a tomar, tosía un poco, acomodaba su garganta y continuaba con la vos ronca el relato.

Les iba diciendo un hombre bueno con tres debilidad el primero, era adicto al trabajo, el segundo le gustaba mucho cazar y el tercero le gustaba comer carne de animales silvestres, estas eran las razones del porque estaba más de 16 horas monte adentro, se pasaba el día cumpliendo con sus tres pasiones, desmalezaba el terreno, animal que salía corriendo del monte lo cazaba con su escopeta calibre 20, luego ordenaba a sus perros que vayan en busca de la presa.

Esta era la vida humilde del mono Montiel, trabajar para vivir, vivir para cazar y cazar para comer, no tenía ni domingos ni feriados, un gaucho guapo y sin obligaciones que cumplir, un hombre solo y sin familia, vivía en una tapera de adobe y paja.


Fuente: http://mascercadelcielouruguay.blogspot.com.ar/2014/11/resultados-del-concurso-mas-cerca-del.html

Que podía hacer en su casa, más que pensar en su miserable vida y enloquecerse, para eso se quedaba en el monte y ganaba plata y hacia lo más le gusta que era cazar, decía don Jacinto en su relato, que aprovecho para hacer una pausa y comprar otra botellita de caña, no vaya a ser que se quede sin combustible en la mitad del relato.

Compro su botella de espirituosa, bebió vaso y medio de caña y continuó con su relato, los gauchos muy atentos escuchaban el relato del viejo.

Todos los vicios hacen mal, dijo don Jacinto, este hombre se envicio con el trabajo, talando árbol y matando animales silvestres, este accionar despertó especial interés en el Caa Pora, dijo el viejo Jacinto.

¿Qué es eso don Jacinto? Pregunto un gaucho que escuchaba atentamente el relato del viejo Jacinto.

¡Mira chamigo! Al Caa Pora ni siquiera tienes que nombrar, este es el duende del monte, es hijo del mismo satanás, pero tiene un lado bueno, es protector de la fauna y la flora, protege de los cazadores o leñadores, que cazan o desmalezan los montes por demás, dijo don Jacinto.

¿Eso es todo don Jacinto? Dijo otro gaucho apresurado por escuchar más relato.

¡No chamigo! Eso no es nada, espera que te cuente, dijo el viejo astuto y paro para beber otro sorbo de caña.

Eso le paso al mono Montiel, por estar todo el día destroncado árboles y cazando los animales silvestres, ten paciencia y veras lo que sucedió al mono, dijo el viejo.

El fantasma del bosque, como también se lo conoce se aparece de dos formas, primero con una forma muy agradable, te conquista y cuando estas desprevenido cambia totalmente su apariencia y ahí viene lo malo, dijo el viejo Jacinto.

Una tarde de verano, el sol se estaba oponiendo, llego el momo Montiel descompuesto del miedo, no podía hablar, quedo mudo del susto, esto nos contaba mi padre, después de que el mono se compuso y se hecho a dormir en el galponcito de casa, del miedo que tenía no quiso ir a su rancho.

Cuenta mi padre que el mono Montiel llego descompuesto, mi padre lo tranquilizo, le dio de beber un vaso de ginebra, lo hizo oler un poco de alcohol con alcanfor y ahí se recuperó y pudo contar lo que le paso.

Estaba destroncando un montecito pequeño, muy cerca donde estaba el apareció una liebre, mansa solo dio unos saltitos y se quedó cerca, el mono ni lerdo no perezoso agarro la escopeta y apunto al animal, este dio tres saltitos y desapareció detrás de unos pastos alto a la vera de una laguna, sigilosamente se acercó para cazar a su presa y ahí vio.

La mujer más hermosa de la tierra, toda desnuda, salía muy despacio del agua de la laguna y se internó en el monte, antes de entrar al monte se dio media vuelta y lo miro como invitando a que la siga, el gaucho hipnotizado de amor, no pudo hacer otra cosa que seguir a la hermosa dama.

La mujer camino un largo trecho dentro del monte, cuando estaba en el medio del monte desapareció la hermosa mujer, ahí se dio cuenta que estaba monte adentro, rodeado de árboles gigantes, el mono Montiel no se separaba nunca de sus perros, eran unos animales muy bravo, si alguien se le acercaba seguro los perros lo defenderían, no sabe de qué árbol y en qué momento, salto y cayo pesadamente al suelo un hombre gigante desnudo todo cubierto de pelos, parecía un yeti o un pie grande por el tamaño y sus características, comentaba don Jacinto, muy tenso por la situación del relato.

¿Y que paso don Jacinto? Dijo un gaucho, ¡por favor no nos deje con la intriga!

Dice que le gigante peludo tenía un arreador de cuero, y comenzó a los latigazos a los perros, los obligo a huir de tantos latigazos que pego a los animales, cuando el Mono Montiel quiso reaccionar, ya lo tenía encima y comenzó a pega latigazos en el cuerpo, no le dio tiempo a nada, recibió tantos latigazo que cayo desmayado al piso.


Fuente: http://criaturasfantasy.blogspot.com.ar/2014/03/caa-pora.html

Ahí se apodero de su escopeta, su facón, su hacha, quito su camisa y sus pantalones, lo dejo en calzoncillos, con el cuerpo todo marcado del cuero del arreador, cuando reacciono estaba solo en medio del monte, salió corriendo y no paro de correr hasta llegar al rancho de mi padre.

fuente:http://www.artelista.com/obra/8597599868098447-mujerindigena.html

La leyenda habla de una bella mujer de hermosa figura, siempre se la ve desnuda, protectora del monte y de los animales silvestres, con su sensual cuerpo enamora al hombre Correntino que es temperamental, ardiente y sensual al extremo, dicen que hay hombres del campo que conocen la leyenda y aun así la buscan en el monte, aunque mas no sea solo por algunos segundos, el Caa Pora hombre, es un hombre gigante y fuerte de vos ronca y seca, es terrible con su castigo.

Por eso cuando ahora ven a un hombre que se empecina con la tala o la caza de animales se les dice…
Yaque chamigo tene que cuidado con el Caa Pora….

Fuente: http://corrientesesasi.webcindario.com/ley_caapora.html



Te espero mañana para disfrutar de otro relato de mi tierra Corrientes.

José Luis Fernández
Corrientes Argentina

Si fue de su agrado, por favor ayuda a difundir mi canal, comparte en tu canal, reesteemit.