Buena suerte o mala suerte Creencia China

Fuente: http://marcianosmx.com/tu-haces-tu-propia-suerte/

Queridos Amigos hoy quiero compartir con ustedes un material de origen chino la popular historia de la suerte.
Hace mucho tiempo atrás en un pueblo de china, vivía un joven con su padre un hombre humilde que se dedicaba a labrar la tierra, este muchacho era su único hijo.

El joven era muy trabajador y compañero de su padre, como no contaban con máquinas para trabajar la tierra se pasaban todo el día.

Todos los días comenzaban a trabajar antes del amanecer y terminaban cuando el sol se oponía, muchas horas de trabajos de dicaban por falta de herramientas, su única ayuda eran sus manos, eran muy felices con el trabajo, siempre estaban de buen humor y muy agradecidos de tener trabajo, contento con su buena suerte.

Al amanecer como todos los días comenzaron con sus actividades, no sabían que estaba por cambiar la suerte, a lo lejos se levantó una nubes de polvo, pudieron ver a un caballo salvaje que bajaba del cerro, vino derecho a la granja, muy confiado tentado por el olor que salía del granero ingreso a la propiedad del joven.

El joven muy astuto vio la oportunidad de mejorar el trabajo con la ayuda del animal, despacio fue hasta el granero y encontró al animal muy calmo comiendo los cereales y las hortalizas que se guardaban en el granero, despacio para que el animal no se asustara cerró la puerta del granero con el animal dentro.

Pueblo chico, infierno grande dice el refrán, en pocas horas la noticia viajo a cada rincón del poblado, los vecinos muy contentos vinieron a felicitar al padre del joven, en esos tiempos nadie recibía un regalo de esa naturaleza.

Esto fue motivo de celebración, cada vecino trajo algo para compartir y se armó la fiesta, el pueblo era chico pero tenía su político de turno.

Al saber el alcalde del pueblo de esta inesperada fiesta no podía dejar pasar la ocasión de pronunciar unas palabras en favor de su campaña política.

El oportuno alcalde se presentó en la fiesta, dio unas palmadas al humilde campesino y susurro unas palabras, hermoso regalo te hizo la naturaleza, tienes un hermoso caballo y lo mejor que fue gratis, no tuviste que pagar una sola moneda, esto sí que es tener buena suerte pronuncio el flamante alcalde….. El granjero humilde respondió, vaya uno a saber si es para buena suerte o es para mala suerte, el tiempo lo dirá.

Los vecino escucharon estas palabras, no podía creer que este hombre no apreciara su suerte, cuantos hubiesen querido estar en su lugar, muy desilusionados comenzaron a despedirse y volvieron a sus casas.

A la mañana siguiente, antes de que salga el sol los granjeros comenzaron a trabajar, el joven miro hacia el granero vio la puerta abierta, el caballo pudo salir regresando al lugar de donde vino.

Pronto corrió la noticia, los vecino muy triste concurrieron a la granja del humilde granjero, para acompañar al pobre hombre con su mala suerte.

El alcalde pidió decir unas palabras en nombre de toda la población, lamentamos mucho la perdida de tu caballo, no podes tener tanta mala suerte. Expreso el alcalde.

El granjero escucho pensativamente las palabras del alcalde y contesto de la misma manera que la vez anterior, vaya uno a saber si es para buena suerte o es para mala suerte, el tiempo lo dirá.

Un silencio abrumador reino en la reunión, los vecinos se quedaron pensando…. que quería decir este hombre con esas respuestas, como es posible que nada afecte el humor de este hombre! muy intrigados los vecinos con la situación.
Los días pasaron el joven y su padre continuaban trabajando con la misma felicidad de siempre, una mañana llego el caballo trayendo con el mas caballos, el joven abrió las puertas del corral y les dio asilo a todos los animales.

Un vecino vio lo que sucedió y fue corriendo a dar la noticia a todo el pueblo, no tardaron mucho tiempo en regresar los vecinos a felicitar de su buena fortuna, como siempre el hombre estaba muy tranquilo, inmune a la felicidad como si ahí no pasara nada, los vecinos se quedaron muy asombrado, como este granjero no puede ver su fortuna!, se preguntaban, esta vez una mujer se animó hablar.

Disculpe vecino que hable, pero la verdad nadie lo entiende, como no podes ver y sonreír la buena suerte que tienes, ayer tenías un caballo y ahora tienes diez, sin gastar un solo peso, lo puedes vender y tener dinero, dijo la vecina.

El granjero escucho pensativamente las palabras de la vecina y contesto de la misma manera que la vez anterior, vaya uno a saber si es para buena suerte o es para mala suerte, el tiempo lo dirá.

Los vecinos no podían creer lo que escuchaban…. decían este tipo está loco! como no puede ver lo afortunado que es, diez caballos gratis!, tiene una fortuna!, pobre hombre, que triste no pueda ver lo afortunado que es.

Los días fueron pasando los caballos se habituaron en su nuevo hogar, el joven pensó que era tiempo de domar a los caballos salvajes, si la idea era venderlos solo lo podrían hacer si eran caballos dóciles.

Eligio una yegua muy mansa para comenzar la doma, ensillo al animal, dejo que se acostumbre a la monta y se subió, la yegua se asustó y comenzó a brincar locamente, el muchacho se cayó, con tanta mala suerte que se fracturo una pierna y varias costillas, el padre corrió a auxiliar al joven, al ver que la situación era grave llevo al joven muchacho hasta la casa del doctor más cercano.
La noticia pronto se supo en cada rincón del poblado, los habitantes como de costumbre concurrieron para apoyar al granjero, todos juntos esperaban la noticia del médico, pasa unas horas el profesional salió a dar un parte médico.
Quiero decir que el chico está bien, por suerte solo fue un gran susto, la suerte lo acompaño y se fracturo una pierna y diez costillas, pero por la gravedad de la caída pudo haber sido peor……… dijo el médico del pueblo, la gente más tranquila regresaron a sus hogares, una persona se acercó al granjero y le dijo.
Lamento mucho lo que pasó a su hijo, que mala suerte tienen...... pobre muchacho!
El granjero escucho pensativamente las palabras de este hombre y contesto de la misma manera que la vez anterior, vaya uno a saber si es para buena suerte o es para mala suerte, el tiempo lo dirá.

Algunos vecinos que quedaban no podían creer lo que escuchaban, que locura este hombre! Decían los vecinos sin comprender la reacción del humilde granjero.
El pobre muchacho debía guardar cama, tenía que cumplir un mes de reposo por indicación médica, eso sí era mala suerte!, el muchacho se aburría estando en cama, los días no pasaban nunca, eran interminables.

Las cosas no están bien en el país, como si fuera poco comenzó una guerra complicando todo, la nación necesitaba la colaboración de los jóvenes para hacer frente a los invasores.
Esta era una noticia de mala suerte, las autoridades emitieron un comunicado por radio, haciendo saber que la nación necesitaba de la mano de los jóvenes.

Los muchachos deberían asistir a defender a la patria, como este poblado estaba muy retirado las noticias no llegaban, alguien debe asistir a comunicarlas, un día llego un contingente de militares a reclutar a los jóvenes del poblado, visitaron todas as casas y por último se presentaron en la granja del humilde agricultor.

Tenemos en nuestros registros que esta propiedad vive un joven mayor de edad, apto para asistir a defender a la patria, el hombre contesto, nada me haría más feliz saber que mi hijo sirva a nuestra nación, pero por favor pasen y vean por ustedes mismos dijo el granjero.

Al ingresan vieron al joven tendido en la cama sin poder moverse, la piernas con yesos hasta las ingles y todo el torso enyesado, los soldados vieron al joven imposibilitado y otorgaron la baja militar.

Los vecinos chismosos veían esta situación, cuando los militares se retiraron, se acercaron al granjero y les dijeron, estamos muy apenados, se han llevado a nuestros hijos a la guerra, alguno quizás no vuelvan, pero mírate tú la suerte que tienes, a tu hijo no lo han convocado.
El granjero escucho pensativamente las palabras de los vecinos y contesto de la misma manera que siempre, vaya uno a saber si es para buena suerte o es para mala suerte, el tiempo lo dirá.

Esta es una vieja enseñanza China, nadie puede saber lo que el destino tiene preparado para nosotros, muchas veces festejamos las cosas que creemos que son buenas y después se complican, en otras ocasiones creemos que son malas y tiene un final feliz, el dicho bien lo dice no hay mal que por bien no venga.

Vaya uno a saber si es para buena suerte o es para mala suerte, el tiempo lo dirá

Fuente: http://desmotivaciones.es/2744814/7-regla-de-la-buena-suerte

Fuente: http://www.mundoprimaria.com/cuentos-populares/buena-suerte-mala-suerte/

Te espero mañana para disfrutar de otro relato de mi tierra Corrientes.

José Luis Fernández
Corrientes Argentina

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