Cuando somos niños, aceptamos retos tontos, en este reto fuimos a un cementerio y abrimos unas tumbas, cortamos las flores y arruinamos algunos árboles, al llegar a casa había cuervos por todas partes, y un perro negro espeluznante en las escaleras, eran las seis de la tarde 6:00 PM.

Los amigos de la cuadra, esos con quien siempre jugamos a las metras, los trompos, los que siempre están en grupo en las fiestas o la escuela, esos amigos inseparables de la infancia.

Ese día nos fuimos a una montaña que quedaba cerca de la zona, nos fuimos cinco amigos a buscar mango, bueno a ver si conseguíamos una mata por allí en la montaña. Agarramos las bicicletas y bajamos el barrio, la vía a la lejanía, en la carretera había michos carros hasta llegar a la entrada de la hacienda cercana, una nueva carretera de tierra había arboles de lado y lado, sembradíos de maíz, el calor era intenso, así que decidimos descansar en un gran árbol que estaba en la vía.

Nos dispusimos a comer, todo estaba muy rico María ayudo a preparar los panes, y todos nos sentamos alrededor de los bolsos, el canto de los pajaritos era relajante, terminamos de comer. Cuando nos dispusimos a continuar, un hombre sentado al otro lado del árbol, que nunca vimos cuando llegamos, vestido con un saco marrón y sombrero ancho, y nos dice.

Agarramos las bicicletas y continuamos, Manuel nos decía que nunca había oído de un cementerio, y todos nos preguntábamos de donde había salido ese señor, nos causó curiosidad lo del cementerio, y quedamos de acuerdo de pasar solo a verlo, además ninguno cree en espíritus y muertos que salen eso es pura superchería de la gente de campo que viven como ermitaños.

Como a las dos de la tarde estábamos en el riachuelo, María se puso su traje de baño y se veía bien linda, nos bañamos todos disfrutamos y a las cinco nos regresamos, agarramos nuevamente las bicicletas y a pedalear, habían pasado diez minutos en la vía y miramos a lo lejos el cementerio, era raro ya que no lo habíamos visto antes, María fue la valiente en animarnos a ir.

Pasamos la alambrada y pedaleamos, había pocas tumbas, de repente Marcos se sube sobre una y grita me agarra bromeando, nos volvimos rebeldes y empezamos a destruir una tumba y arrancar flotes dañar los arboles de repente María nos grita.

Había como cien cuervos negros, de repente se nos abalanzaron encima, corrimos agarramos las bicicletas y salimos de allí, ya estábamos bastante lejos, iban a ser como las seis de la tarde, habíamos convenido quedarnos todos juntos en la casa de Pedro, cual fue nuestra sorpresa que en los alrededores de la casa había cuervos y un perro negro en la vía, nos asustamos un poco, pero era el principio.

Entramos a la casa, y preparamos la cena para todos, nos pusimos a ver películas y de pronto ya eran las doce 12:00 PM de la noche, y comenzaron los eventos extraños, si todos los cinco nos reunimos en la sala de la casa, los cuervos empezaron a gritar y volaban alrededor y algunos se estrellaban en las ventanas, de pronto todo quedo en silencio nos asomamos por una de las ventanas y ahí estaba el perro negro sentado en el frente.

Empezó a hacer mucho frio, tanto que se formaba hielo en los vidrios y en el borde de la puerta, Manuel dice que mejor nos vamos y corrimos a la puerta tratando de abrirla pero no podíamos estaba atascada, cuando empezó a brotar sangre de la puerta, corrimos aterrorizados a la sala y de un sitio oscuro emergió algo aterrador LA MUERTE, si la muerte una figura espectral con capa y capucha , tratamos de correr pero era como si lo hiciéramos en arena movediza no avanzábamos, la figura agarro a Marcos por la espalda y lo arrojo al frente, María de pronto dijo Jesús, y en ese instante logramos correr hacia donde estaba marcos lo agarramos y subimos corriendo al cuarto, nos encerramos allí, el perro maullaba afuera y los cuervos volaban alrededor de la casa, oíamos como esa cosa esquelética subía las escaleras poco a poco, la casa comenzó a temblar y en la habitación volaban las cosas, los cuadros se caían la luz titilaba, empezaba a formarse una densa bruma afuera, el muerto o la muerte rasguñaba la puerta y la golpeaban nosotros llenos de sudor no dejábamos de gritar, miramos en un espejo y se reflejaba nuestras caras cadavéricas, gritamos corrimos a la cama nos tapamos todos, las paredes del cuarto empezaban a llenarse de sangre, empezamos a rezar, la puerta se abrió y ahí estaba el espectro, horrible su cara, sus manos esqueléticas sin carne, su piel de color gris, con un manto negro, se acercaba lentamente a la cama, María se desmayó, Pedro se hizo pipi, en ese instante…

El gallo canto y todo volvió a la normalidad, la luz del sol entraba por la ventana, todos debajo de la cobija, asustados, sudados, aterrados, ya era el amanecer y nos salvamos de que nos llevara un espectro o la misma MUERTE, todo por una tarde de locura profanar tumbas.