Análisis Musical de Punto de Habanera de Xavier Montsalvatge

Punto de Habanera

 

La música para Xavier Montsalvatge siempre había sido un gran amante de la música, en toda sus formas. Interprete y compositor, también dedicando su vida a enseñar todos sus conocimientos.

 

Punto de Habanera es una obra para Soprano y Piano, siendo parte de un ciclo de canciones negras, donde toma el poema del escritor español Nestor Luján.

Análisis de Punto de Habanera

Texto del escritor español Néstor Luján, Montsalvatge hace con una poesía
descriptiva hacia la belleza de una jovencita, la cual posee un vestido blanco, pero que
al mismo tiempo el escritor hace con sarcasmo pues puede o no hacer referencia a lo
virginal de esta joven mulata, Montsalvatge juega con todo este tema, haciendo
tiempo de Guajiras, en Mi b Mayor, a 6/8 simula la importancia de la joven con
movimientos hacia el agudo del fragmento. Y el deslumbre de los hombres en el
piano.

 

A y B musicalmente son lo mismo, pues lo único que cambia es el texto, pero ambos hacen una descripción de la joven y como los marineros la observan, no dejan de verle la falda y su cintura fina, hablando de su olor, todo esto con un movimiento muy juguetón en el piano ascendente y descendente con una escala cromática que une con el final donde cambia el acompañamiento en el piano por intervalos ascendientes.

 

 

En la Coda "C" hace un movimiento nuevo al inicio, simulando el piano las miradas
de los marineros, y volviendo al movimiento inicial antes de llegar a "A" donde
reafirma la "blancura de esta jovencita" y se termina la pieza.

Punto de habanera

La niña criolla pasa Con su miriñaque blanco. ¡Qué blanco!

¡Hola! Crespón de tu espuma;
¡Marineros, contempladla!
Va mojadita de lunas
Que le hacen su piel mulata;
Niña no te quejes,
Tan solo por esta tarde.
Quisiera mandar al agua
Que no se escape de pronto
De la cárcel de tu falda.
Tu cuerpo encierra esta tarde
Rumor de abrirse de dalia.
Niña no te quejes,
Tu cuerpo de fruta está
Dormido en fresco brocado.
Tu cintura vibra fina
Con la nobleza de un látigo,
Toda tu piel huele alegre
A limonar y naranjo.
Los marineros te miran
y se te quedan mirando.
La niña criolla pasa
Con su miriñaque blanco.
¡Qué blanco!