La Sanadora de las Estrellas - Parte I

in #spanish6 years ago (edited)

La Sanadora de las Estrellas - Parte I

Hacía el mismo clima de otoño, sin cambios aparentes en el patrón meteorológico del año pasado. Las hojas caían víctimas del ciclo de la naturaleza, dejándose llevar por la sutil brisa de la mañana, contemplé el espectáculo con vivida curiosidad, a pesar de que ya llevaba 3 años viviendo en este lugar, nunca me dejaron de maravillar las resplandecientes puestas de sol de este planeta.

Me encontraba cumpliendo guardia matutina en el hospital benéfico St. Rose White de Calcuta, un lugar lleno de historias que se entrelazan con el presente. En este establecimiento humano, ejercía el rol altruista que llaman “misionera”, coincide en varios aspectos con mi oficio en el lugar de donde provengo.

–Hola, señor Charles, ¿Qué lo trae por aquí hoy? –dije con la sutileza del protocolo establecido.

–Hola, misionera Agnes. Me temo que lo que me trae hoy es más de lo mismo –replicó con voz ronca el robusto hombre. –¿No se encuentra el Doctor por ningún lado?

–El Dr. Denzel se encuentra realizando un seminario en este momento, me temo que demorará en volver –respondí con un tono sobrio.

–Ok, no hay problema. De hecho como ya es costumbre entre nosotros, el asunto que tengo que tratar es con usted.

–Está bien, dígame, ¿en qué lo puedo ayudar hoy? Si está dentro de mis posibilidades, lo haré con gusto.

–La verdad no quiero incomodarla, pero quiero pedirle un favor. Ya que con sus atenciones, mi condición se ha visto súbitamente mejorada, yo quisiera que usted ayudara a alguien más de mi comunidad. –Esto podría ser conveniente para mi investigación –pensé.

–Ok, señor Charles. Pero como le mencioné cuando comenzamos con su tratamiento, es de vital importancia mantener la discreción –expresé con una voz gutural y grave, como buscando que el humano comprendiera la importancia de mi trabajo. –No pretendo causar un revuelo innecesario; además, le insisto, lo que hago, es algo que cualquier profesional de la salud está en capacidad de hacer.

–Entiendo… Mi posición al respecto no ha cambiado. No importa lo que vean mis ojos, de mi boca no saldrá ni una sola palabra al respecto –vociferó con confianza el anciano antes de despedirse y salir por la puerta.

En la tarde de ese mismo día, me dispuse a caminar por un sitio que llaman “parque”, una especie de santuario donde se promueven las actividades recreativas para los humanos, en especial para los más jóvenes.

Avisté a cierta distancia a una familia corriente. Ellos comían, sentados en el suelo, en medio de la espesura, una actividad que llaman “picnic”; era algo similar al ritual xafra de donde provengo, con la diferencia resaltante que los humanos lo hacían para satisfacer una necesidad que resulta de lo más superflua para nuestra avanzada civilización galáctica, –ellos ni siquiera hacen una ofrenda al planeta una vez terminada la comida, pero qué seres más curiosos, nunca dejarán de sorprenderme –pensé dominada por la intriga.

Saqué mi confiable punf, de todo lo que traje en mi viaje, tenía suerte de que al menos éste no se hubiese perdido; un dispositivo de lo más útil, cuenta con una inteligencia artificial avanzada. Me oculté en los arbustos para que mi punf pasase desapercibido, los humanos de los años 60 no podían ser testigos de una tecnología tan avanzada, de otra manera estaría rompiendo una de las reglas primordiales de mi misión. Escondida en la maleza, conecté mi punf con la red astral para contactarme con Krysshua, el familiar que me fue concedido.

–Hola mi señora, estableciendo conexión con el entorno…

–Graba en f-imagen a estos humanos, atenuando la iluminación natural. Quiero que acotes el enfoque sensorial en los niños –ordené.

–Entendido, mi señora.

Observé con atención sus conductas mientras mi punf realizaba su labor, con ese material captado en f-imagen, tendría una grabación de su actividad con sus pensamientos representados gráficamente en tiempo real, además de otros detalles secundarios; me había acostumbrando a presenciar las maneras de esa gente, sin embargo, seguía sin concordar con algunos aspectos de sus políticas.

El ocaso se acentuaba en el horizonte, las redes astrales se encontraban clamando mi presencia, por lo que decidí regresar a la residencia para realizar el ritual sheevha, lo que los humanos llamarían “dormir”, –pero sin dudas, es mucho más que eso –pensé.

Los rayos solares provenientes de las persianas me despertaron con premura mientras dormitaba en mis aposentos, interrumpieron mi conexión astral; me levanté furiosa sin apenas percatarme de que mi piel ya se estaba mudando, el olor a azufre que emanaban mis fauces inundaron por completo mis fosas, –ya es hora de restablecer mi apariencia humana –pensé. Me desprendí de toda prenda y me dispuse a sumergirme por completo en un líquido lechoso que en mi tierra llaman “kiski”, un proceso que tarda alrededor de 15 minutos, pero que al terminar me dejaba idéntica a la misionera Agnes, el papel que me tocó interpretar en ese mundo.

Al llegar al hospital benéfico, me tocó un paciente que presentaba una horrenda picadura de mamba negra en estado necrótico en una de sus piernas.

–Me temo que este paciente requerirá mucho más que los tratamientos convencionales. Por favor, déjenme a solas con el muchacho, necesito hacerle las revisiones pertinentes –expresé persuasiva, tratando de instar a todos los presentes a apartarse del terrible cuadro toxicológico que suponía el chico, cualquier error resultaría en su deceso, sus minutos estaban contados.

Los médicos despejaron el área como siempre, no me trataban como a las demás misioneras, ellos no solían cuestionar mis métodos ni mucho menos presenciarlos, desde que llegué a ese hospital, me impuse la regla de manejar todo con extremo hermetismo.

Recosté al chico en la camilla, visualicé con disgusto su ennegrecida piel muerta y las venas saltadas en su frente, –pobre chico, si tan solo supiera que en él se encuentra el verdadero antídoto –pensé.

Rocié esporas de hongos Tyarré en su nariz para inducirle un estado cataléptico que minimizaría todos sus sentidos, me coloqué los guantes de transmisión intracelular y presioné mis manos en su lóbulo frontal para transferir una serie de algoritmos a su sistema nervioso central, cerré mis ojos para canalizar la información que sería enviada a millones de células en su cuerpo.

En cuestión de unos minutos, el veneno había sido erradicado de su organismo y ya comenzaba a cambiar de semblante, la ominosa sombra de la muerte se esfumó de aquel cubículo.

Solo tuve que ordenarle a su mente los pasos a seguir para deshacerse de los agentes extraños que invadían su cuerpo, le ordené a su sistema inmunológico que se acelerase de tal forma que todas las toxinas fuesen excretadas rápidamente por medio del sudor y la orina. La fiebre cesó cuando el chico expulsó todo el veneno. –Los humanos nunca han comprendido el potencial que habita en ellos, el problema es que ellos solo creen en supuestos milagros y no buscan respuestas –pensé.



Fuente de la Imagen



Sort:  

Interesante , desde te acompaño en el camino de esta historia...

Coin Marketplace

STEEM 0.16
TRX 0.12
JST 0.026
BTC 57387.61
ETH 2518.18
USDT 1.00
SBD 2.31