Yo recuerdo en Bañolas a un hombre africano disecado por un taxidermia famoso. El único lugar de España donde tal barbaridad se mostraba al público, mientras que misioneros Padres Blancos, Combonianos y de otras órdenes religiosas, tanto de hombres como de mujeres de Burgos, del País Vasco, de León, de Galicia y de Castilla se horrorizaban y enseñaban a cultivar los campos al lado de las chozas en África. Igual que los belgas, en otras naciones del norte de Europa también existieron zoos humanos. Pero, ojo, que también ha habido héroes belgas. Recuerda al Padre Damian de la Congregación de los Sagrados Corazones, que se fue a la isla de Molokai a convivir con los leprosos desahuciados, y era belga.